Recursos Naturales

Nuevos datos sobre la deforestación en Bolivia (hasta finales del 2017)

Por: Lykke E. Andersen* y Juan Carlos Ledezma**.

En el presente post presentamos nuevos datos sobre la deforestación en Bolivia. El mismo está divido en dos partes, en la primera se presenta la evolución de la deforestación anual en Bolivia durante el periodo 1990-2017. En la segunda parte se ofrece información más detallada acerca de los municipios en los que la deforestación ha sido mayor en los últimos años.

Los datos han sido construidos a partir de diferentes fuentes, todas basadas en interpretación de imágenes de satélite. Se utilizaron diversas fuentes primarias debido a que no existe una única fuente que cubra todo el periodo analizado. Debemos mencionar que hay coincidencias y divergencias entre las fuentes de información utilizadas, las cuales también tienen ciertos errores de interpretación, pero por lo menos muestran la tendencia general.

El Gráfico 1 muestra como la deforestación anual se ha incrementado en Bolivia en un promedio de aproximadamente 150.000 hectáreas por año durante los años 90, a casi 350.000 hectáreas por año durante los años 2016-2017. El gráfico muestra promedios de varios años, mientras que en la realidad existe mucha variación aleatoria de año en año, en parte debido a variaciones climáticas y en parte debido a la dinámica de uso de la tierra y los factores económicos asociados. Por ejemplo, el 2016 fue el año con el más alto nivel de deforestación en la historia de Bolivia, con más de 417.000 hectáreas deforestadas, pero la cifra cayó a 263.000 hectáreas en 2017. Sin embargo, en periodos más largos se pueden observar mejor las tendencias, y en el caso de Bolivia muestran un incremento de la deforestación anual.

Gráfico 1: Deforestación anual promedio en Bolivia, 1990-2017 (hectáreas/año)

Fuente: Estimación de los autores basada en las fuentes mencionadas en la nota de pie de página (1).

En lo que queda del post nos enfocaremos en los datos de los últimos dos años (promediando el 2016 y 2017), y profundizaremos a mayor detalle sobre los municipios donde la deforestación se ha dado últimamente.

Presentaremos los datos de tres maneras diferentes:

  • Niveles absolutos de deforestación (hectáreas);
  • Tasas de deforestación (deforestación anual como porcentaje del bosque en 2015), y
  • Deforestación per cápita (m2 deforestados por habitante por año).

En todos los casos, vamos a presentar los 25 municipios con mayor deforestación en 2016-2017.

La columna azul de la Tabla 1 muestra los 25 municipios con los niveles más altos de deforestación en términos absolutos (hectáreas por año). Estos 25 municipios representan aproximadamente el 78% del total de la deforestación en Bolivia en 2016 y 2017. 16 de ellos, incluyendo los primeros 12, están ubicados en el departamento de Santa Cruz, cinco en Beni, tres en La Paz y uno en Cochabamba.

La columna amarilla muestra los 25 municipios con las tasas de deforestación más altas (% de bosque del 2015 deforestado por año). 22 de los 25 municipios con las tasas de deforestación más altas están ubicados en el departamento de Santa Cruz, mientras los restantes tres son de Cochabamba y Pando.

Finalmente, la columna roja muestra a los 25 municipios con las tasas de deforestación per cápita más altas (m2 por persona por año). Nuevamente, la mayoría de ellos pertenecen al departamento de Santa Cruz, pero también hay algunos pertenecientes a Beni, Pando y La Paz.

 

Tabla 1: Los 25 municipios de Bolivia con los niveles de deforestación más altos en 2016-2017, según tres diferentes indicadores de deforestación

Fuente: Elaboración de los autores.

La Tabla 1 muestra tres diferentes formas de medir la intensidad de la deforestación. Una alta deforestación en términos absolutos puede explicarse si es que se tiene mucha gente. De todos modos, si un municipio está entre los primeros 25 en las tres formas de medición, sin lugar a dudas se lo consideraría como un municipio con alta deforestación, la cual tendría importantes impactos ambientales a corto plazo.

En total, 49 diferentes municipios han sido ubicados en alguna de las tres listas de los 25 municipios con mayor deforestación. Siete municipios del departamento de Santa Cruz se ubicaron en las tres listas. Estos siete municipios, tienen la mayor deforestación desde todo punto de vista y son los siguientes:

  • San José de Chiquitos
  • Pailón
  • Cuatro Cañadas
  • El Puente
  • Cabezas
  • Santa Rosa del Sara
  • San Javier

El Mapa 1 muestra en cuantas, y en qué dimensiones, cada municipio en Bolivia logró ubicarse en una de las listas de los primeros 25. Cada dimensión está representada por uno de los colores primarios (azul, amarillo, rojo), pero si un municipio aparece en más de una lista está pintado en el color compuesto que surge de la mezcla de los dos colores primarios. Por ejemplo, hay muchos municipios pintados de color morado, lo que implica que están tanto en la lista roja (alta deforestación per cápita) y la lista azul (altos niveles de deforestación absoluta). Los siete municipios que están en las tres listas, están pintados de color negro. Los restantes 290 municipios que no aparecen en ninguna de las tres listas están en blanco.

Mapa 1: Municipios que están en una o más de las tres listas de los primeros 25 municipios en términos de deforestación, 2016-2017.

Fuente: Elaboración de los autores basado en la información de la Tabla 1.

 

Está fuera del alcance de este post abarcar las causas y consecuencias de esta deforestación, pero para contextualizar brevemente los datos presentados, podemos concluir lo siguiente:

  • La deforestación per cápita durante 2016-2017 en Bolivia fue de 310 m2/persona/año, lo cual es extremadamente alto comparado con el promedio mundial de 9 m2/persona/año.
  • Las emisiones de carbono de ésta deforestación (cerca de 14 tCO2/persona/año) hace a los bolivianos unos de los más grandes contribuidores al cambio climático en el mundo. Esto equivale al consumo de combustible de por lo menos cuatro vehículos por persona por año en Bolivia.
  • Sin embargo, los cambios del clima local por deforestación, son más grandes y más inmediatos que el cambio climático causado por las emisiones de CO2, ya que la deforestación crea un microclima más caliente y seco. Además, incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas debido a la baja capacidad de absorción de las tierras agrícolas, comparadas con los bosques. Finalmente, también hace que se pierda una reserva de agua importante (en los suelos y vegetación), evitando dicha perdida se permitiría que contemos con agua durante la época seca.

Por último, esperamos que esta información actualizada sobre la deforestación en Bolivia estimule un debate nuevo acerca de los costos y beneficios de la actual política agrícola en Bolivia.

 

(1) Nota de pie de página :

  • Datos para 1990-2010, pertenecen a SERNAP & CI (2013) Deforestación y regeneración de bosques en Bolivia y en sus Áreas Protegidas Nacionales para los periodos 1990-2000 y 2000-2010. La Paz: Servicio Nacional de Áreas Protegidas, Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado y Conservación Internacional – Bolivia.
  • Datos para 2011-2015, corresponden al Ministerio de Medio Ambiente y Agua (Sala de Observación – OTCA, Dirección General de Desarrollo Forestal y Autoridad de Bosques y Tierras 2017).
  • Finalmente, los datos para el 2016 y 2017 se obtuvieron de Hansen Global Forest Change data set version 1.5.

Nota: Solo municipios con más de 0.1 km2 de bosque fueron incluidos en este análisis.

*Dra. Lykke E. Andersen, Directora Ejecutiva de SDSN Bolivia, Lykke.E.Andersen@sdsnbolivia.org.
**Investigador Conservación Internacional – Bolivia, jledezma@conservation.org.

Los puntos de vista expresados en el blog son de responsabilidad de los autores y no necesariamente refleja la posición de sus instituciones o de INESAD. Este blog forma parte del proyecto «Atlas de los ODS en Bolivia a nivel municipal» que está siendo desarrollado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) a la cual INESAD pertenece.

 

Ventajas Comparativas: Base del Comercio Internacional en Bolivia

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Por Beatriz Muriel H., Ph.D*

En julio fue el lanzamiento del libro “Un Siglo de Economía en Bolivia 1900-2015” publicado por la Fundación KAS, del cual tuve la satisfacción de participar con un tópico sobre la historia de los patrones comerciales del país (1900-2015). Uno de los desafíos más interesantes fue recolectar datos que permitan evaluar la composición de las exportaciones e importaciones a lo largo del periodo de análisis. Con todo, en este artículo no enfatizaré sobre estos – el libro puede ser descargado en este link – sino sobre el principal hallazgo que encontré: los patrones comerciales en Bolivia han estado históricamente determinados por las ventajas comparativas asentadas en recursos naturales.

Para los lectores poco familiarizados con el concepto, la literatura describe las ventajas comparativas a partir del modelo de Heckscher-Ohlin-Vaneck (HOV). Esta teoría es una ampliación de Heckscher-Ohlin considerando muchas economías, numerosos bienes y varios factores de producción; donde las relaciones comerciales son estudiadas a través del contenido de estos factores implícitos en los bienes (y no de los bienes en sí mismos). En este caso, un país relativamente rico en algunos factores de producción tenderá a exportar los servicios de estos factores y a importar los servicios de sus factores relativamente escasos.

Como se sabe, Bolivia ha sido relativamente rica en factores tales como recursos minerales, reservas hidrocarburíferas y tierras aptas para la agropecuaria. En efecto, las exportaciones estuvieron concentradas en materias primas extraídas de la naturaleza.  En la primera mitad del siglo XX destacó el aumento de las ventas de estaño que desplazó la primacía de la plata. En la segunda mitad del siglo XX, las exportaciones de estaño continuaron siendo importantes pero las ventas de hidrocarburos y algunos alimentos y productos agrícolas (como la soya y derivados) ganaron significancia en algunas décadas, mientras que desde el siglo XXI la historia favoreció al gas natural.

En contraste, las importaciones provinieron del aprovechamiento de tierras fértiles, capital físico y mano de obra calificada de otros países durante la primera mitad del siglo XX; ya que se concentraron en alimentos y manufacturas cada vez más intensivas en capital (y uso de nuevas tecnologías). Con todo, la visión del Estado de promover el desarrollo del sector agroindustrial en el oriente, a partir del Plan Bohan de 1942, dio sus frutos haciendo que las importaciones de alimentos disminuyan hasta el siglo XXI; aprovechando las ventajas comparativas que potencialmente se tenían en las tierras fértiles. Sin embargo, las importaciones de manufacturas continuaron a la vanguardia con productos de cada vez mayor transformación.

Los patrones comerciales basados en ventajas comparativas no son algo que debería sorprender. Trefler (1995)[1], por ejemplo, testea el modelo de HOV para 33 países y nueve factores de producción y encuentra que, cuando se controla por diferencias en tecnología, aranceles y costos de transporte, el modelo predice el 93% del comercio internacional. En realidad lo que asombra es que en el país prácticamente las ventajas comparativas se han asociado a exportaciones de materias primas sin el catch up de las olas industriales ocurridas en el mundo.

Un ejemplo de lo mencionado es China. Este país ha sido relativamente rico en mano de obra, y si no se hubieran implementado medidas para promover el desarrollo industrial, el factor trabajo seguiría siendo utilizado en agropecuaria y manufacturas en su mayoría de baja transformación. Sin embargo, esta ventaja comparativa ha sido muy bien aprovechada desde finales de los 70, y en las últimas décadas China ha estado a la vanguardia en crecimiento económico.

Cabe preguntarse nuevamente entonces ¿Qué pasó con Bolivia?

[1] Trefler, D. (1995). “The Case of the Missing Trade and Other Mysteries”. American Economic Review 85(5): 1029-46.

*Directora ejecutiva e investigadora Senior de INESAD, bmuriel@inesad.edu.bo. Las opiniones expresadas en los artículos del Blog Desarrollo Sobre la Mesa pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan la posición oficial de la Fundación INESAD.

¿Cuántos años más de gas natural nos quedan en Bolivia?

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Por Susana del Granado* y Hugo del Granado**

La relación entre reservas y producción (R/P) es uno de los indicadores mundialmente utilizados para evaluar el estado de las reservas de los países productores de hidrocarburos. Esta proporción, se calcula dividiendo las reservas que quedan al final de un año, entre la producción total del mismo año. El resultado indica cuántos años durarán las reservas de un país si se mantiene ese nivel de producción durante los siguientes años (BP, 2016). Leer Más »

¡ALTO!: La semana mundial del agua está pasando desapercibida en Bolivia

Por Susana del Granado *

Estimado lector, entiendo que nuestra atención – el recurso más escaso- esté ocupada esta semana con múltiples acontecimientos mediáticos. Y es que Bolivia es todo menos un país aburrido. En una semana hemos discutido sobre agujetas desamarradas, accidentes de tránsito, feminicidios, represión indígena, desplome de la bolsa, centros de investigación nuclear y otros. Todo esto nos ha tenido bastante ocupados como para recordar que en esta semana se celebra la semana mundial del agua No 25. Así que tomemos cinco minutos para reflexionar sobre este recurso fundamental para todo ser vivo y para mantener las funciones ambientales de la madre tierra. Leer Más »

Oferta y demanda de hidrocarburos líquidos en Bolivia

Por Luis Carlos Jemio *

La producción de hidrocarburos en Bolivia es intensiva en gas natural, por lo que el país ha tenido problemas para abastecer la demanda interna por hidrocarburos líquidos, y alcanzar un equilibrio entre oferta y demanda.

Debido a las características de los hidrocarburos en Bolivia, los volúmenes de producción de líquidos han sido sustancialmente menores a los de la producción de gas natural. La producción anual de líquidos en 2013 llegó a 17,3 millones de barriles (47,5 mil barriles diarios), lo que hace que Bolivia sea un productor marginal en la producción de petróleo entre los países de América Latina y El Caribe.

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¡Aguas… aguas!: Puede que estemos perdiendo más de 10 millones de dólares al año en las ciudades de La Paz y El Alto

Por Susana del Granado *

El año 2009 la demanda de agua sobrepasó la oferta en las ciudades de La Paz y Alto, que albergan al 59% de la población del Departamento; siendo El Alto una de las ciudades con mayor crecimiento poblacional en el Departamento (MMAyA, 2013).  Con la inquietud de buscar mayores fuentes de agua, y hacer una evaluación del uso de este recurso, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) contrató a un consorcio para la elaboración del “Plan Maestro Metropolitano de Agua Potable y Saneamiento La Paz – el Alto” (PMM) que hace un recuento de la oferta, uso y desecho de agua de estas ciudades, sugiere futuras fuentes de suministro y futuros pasos para su tratamiento.

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Cerveza, la captura de carbono, y otros tres usos interesantes para el Bambú

Por Tracey Li, traducido por Jillian Cordes

El bambú es un tipo de hierba con más de 1.000 especies que varían muchísimo en su tamaño y las condiciones de crecimiento preferidas. Por lo tanto, se encuentra el bambú en varios lugares diferentes de todo el mundo: existen especies nativas en los países de Asia, África, las Américas y Australia. En muchos de estos lugares, el uso de bambú para una variedad de razones es parte de la cultura. Por ejemplo, en China, grandes tallos de bambú se utilizan como andamios, brotes de bambú son conservados o cocidos en diversas maneras y luego comen y pequeños tallos se utilizan para fabricar instrumentos musicales similares a la flauta. Y el bambú tiene muchos usos más interesantes, además de los siguientes: Leer Más »

¿Qué puede hacer el Bambú sobre el Cambio Climático?

Por Tracey Li

El número de estudios sobre el papel de las plantas en la mitigación del cambio climático está aumentando. La mayoría de los investigadores piensa en bosques con árboles muy grandes y frondosos para absorber el carbono de la atmósfera; por ejemplo Lal (1998) en la India, Chen (1999) en Canadá, Zhang (2003) en China, y Monson (2002) en los Estados Unidos. Esto es porque, en general, cuando más grande es la planta, más CO2 absorbe (ver artículo previo), y los árboles son las plantas más grandes que mejor conocemos. Sin embargo, existen algunas plantas muy grandes que no son árboles. Por ejemplo, según la evidencia, existe una especie de hierba que es una luchadora sorprendente y bastante fuerte en contra el cambio climático: el bambú. Leer Más »

¿Cómo Pueden Los Árboles Enfrentar al Cambio Climático?

Por Tracey Li

Hay mucho escrito sobre la necesidad de reducir la deforestación y remplazar los bosques que han sido destruidos por el uso humano y el desarrollo económico. Esto es porque necesitamos los árboles para luchar contra el cambio climático. Pero, ¿qué hacen exactamente los árboles y otras plantas?

El cambio climático se debe, al menos en parte, a las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, los cuales se acumulan en la atmósfera donde atrapan el calor solar. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), fundado en 1988 por el Programa de Medioambiente de las Naciones Unidas (UNEP) y la Organización Mundial de Meteorológica (WMO), y respaldado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es la organización internacional más destacada que estudia este fenómeno.

En su informe más reciente de 2007, el IPCC dijo que el dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero antropogénico más importante, tanto por la cantidad de calor que atrapa este gas y por la cantidad de CO2 que es emitida, principalmente por la combustión de combustibles fósiles. Los bosques son muy buenos “sumideros de carbono”, extraen COde la atmósfera y lo almacenan durante muchos años. Por esta razón, entre las estrategias que recomienda el IPCC para reducir las causas y consecuencias del cambio climático se encuentra la reducción de la  deforestación, el aumento de la  forestación (plantar bosques en lugares donde no había antes), y al mismo tiempo reforestar (remplazar los árboles en los lugares donde fueron destruidos). Leer Más »

¿Mercantilización de la naturaleza?

Lykke Andersen
Por Lykke E. Andersen

El gobierno de Bolivia se ha posicionado firmemente en contra del mecanismo internacional REDD+, principalmente debido a que reduce los bosques a un producto comercial que se negociará en mercados internacionales de emisiones de carbono. Este hecho no sólo implicaría comerciar con un producto invisible (emisiones de CO2), sino  -incluso más complicado- comerciar con la carencia de este producto invisible (reducción de emisiones de CO2). Monitorizar la reducción de este producto invisible es obviamente difícil, por lo que los costes de transacción y la posibilidad de corrupción asociada al mecanismo internacional REDD+ son enormes, quedando pocos beneficios para el bosque, las comunidades forestales, y el clima mundial.

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