Por: Agnes Medinaceli y Susana Del Granado
El pasado noviembre el agua acaparó nuestra atención, cuando se evidenció que las represas de La Paz y en menor medida las de El Alto estaban en sus niveles más bajos. Esto a pesar de que en abril del 2016 se informó a la población que las represas estaban en sus niveles máximos (Villa, 2016). El 8 de Noviembre del 2016, la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento, EPSAS, no tuvo otra opción que racionar el agua de forma estricta a 94 barrios de la zona sur de la ciudad de La Paz y poco tiempo después el Presidente Morales declaró estado de emergencia nacional (Montero, 2016). De un día para otro, al ver que no salía agua de los grifos, ni se podían largar los baños, la población entera se dio cuenta del rol imprescindible del agua, no sólo cubriendo necesidades básicas, sino también en el desarrollo económico y social. Al mismo tiempo, salieron a relucir los vacíos de información que la sociedad tiene sobre las fuentes, tratamiento y uso del agua.