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Financiamiento del Déficit de la Balanza de Pagos

Por: Luis Carlos Jemio Ph.D.*

A partir de la segunda mitad de 2022, el balance en cuenta corriente de la balanza de pagos ha experimentado un deterioro importante, pasando de mostrar superávits en los periodos previos, a registrar déficits, que en promedio han sido de US$ 350 millones en los últimos siete trimestres. En el cuarto trimestre de 2023 y primer trimestre de 2024, el déficit se situó respectivamente en US$ 747 millones y US$ 612 millones, siendo éstos los mayores déficits alcanzados en los últimos cinco años. Como puede observarse en el gráfico, el déficit se origina principalmente en el significativo deterioro del balance comercial de bienes, que en estos dos últimos trimestres analizados han mostrado, respectivamente, déficits de US$ 298 millones y US$ 305 millones.

Balance en Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos

                               Fuente: elaborado con  base en información del BCB

 

El deterioro en el balance comercial de bienes se explica por la caída en las exportaciones y un aumento en el balance negativo de la partida de ingreso primario, este último por el incremento en las tasas de interés internacionales, que aumentaron los pagos de intereses por concepto de la deuda externa pública y privada. Las exportaciones por otra parte, en el primer semestre de 2024, fueron un 40.4% menores a las registradas en el primer semestre de 2022. Esta significativa caída es explicada completamente por los menores volúmenes exportados, ya que los precios permanecieron estables.

Las importaciones por otra parte, también experimentaron una caída importante, aunque a una tasa significativamente menor (12.3% de caída en similar periodo). Esta caída, originada principalmente por la caída en los ingresos reales de la población y por la dificultad en el acceso a divisas por parte de los agentes económicos, contribuyó a aminorar el déficit generado por la reducción en las exportaciones.

Balance Comercial de Bienes

Fuente: elaborado con base en información del INE

 

Además del déficit en cuenta corriente, se ha registrado un balance negativo importante en la partida de errores y omisiones (E&O), que ha mostrado un déficit desde hace ya bastantes periodos, y se ha constituido en un drenaje importante de recursos externos para la economía. Esta partida se calcula como una variable de ajuste de los flujos externos, y se asume que refleja la existencia de aquellas transacciones no registradas, como las exportaciones e importaciones de contrabando, fuga de capitales, entre otras. Esta partida ha representado un balance negativo de alrededor de US$ 580 millones por trimestre en los últimos dos años.

 

Principales partidas de la Balanza de Pagos

                               Fuente: elaborado con base en información del BCB

Financiamiento del Déficit

El financiamiento necesario para cubrir el déficit en la cuenta corriente y el balance negativo de la partida de E&O, ha sido de US$ 882 millones en promedio, en los últimos 7 trimestres. Desde el punto de vista metodológico de la Balanza de Pagos, este financiamiento ha representado un aumento de los pasivos o de una caída en los activos netos de la economía, que ha ocurrido a través de diferentes partidas de la Cuenta Financiera de la balanza de pagos. El aumento en los pasivos externos, o la disminución de activos externos, representan una fuente de fondos para la economía, con cual se financia el déficit. En este sentido, como puede observarse en el siguiente gráfico, las dos principales partidas que han participado en el financiamiento del déficit, durante el periodo analizado, han sido los activos de reserva y otras inversiones.

 

Principales partidas de la Cuenta Financiera

(adquisición neta de pasivos en millones US$)

                               Fuente: elaborado con base en información del BCB

 

Los activos de reserva, que constituyen principalmente el uso de las reservas internacionales del Banco Central, utilizados para financiar el déficit externo, han sido en promedio de US$ 498 millones, por trimestre, durante el periodo analizado. Como puede observarse en el siguiente gráfico, entre el tercer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, se recurrió a las reservas en divisas y a los DEGs. Durante este periodo, se perdieron en promedio trimestral US$ 365 millones en activos en divisas. El primer trimestre de 2023 se utilizaron US$ 478 millones de los DEGs que se tenía en las reservas. A partir del segundo trimestre de 2023, y una vez que las reservas en divisas y DEGs se agotaron, se recurrió a las reservas en oro. El uso de reservas de oro monetario para financiar el déficit, entre el segundo trimestre d 2023 y primer trimestre de 2024, fue en promedio de US$ 365 millones. En el tercer trimestre de 2023, éste alcanzó a US$ 697 millones.

 

Activos de Reserva

(pérdida neta de activos en millones US$)

                               Fuente: elaborado con base en información del BCB

 

La otra partida importante utilizada para financiar el déficit externo, fue la de Otras Inversiones, que comprende diversas partidas como préstamos, moneda y depósitos y cuentas por pagar o por cobrar. Durante el periodo analizado, el flujo de préstamos ha sido variable, pero en promedio se han situado en US$ 119 millones por trimestre. En el tercer trimestre de 2022 se obtuvieron US$ 518 millones en préstamos netos, y el primer trimestre de 2024, hubo un flujo negativo de préstamos, debido a que en ese periodo se produjo la amortización importante de un préstamo por US$ 196 millones. Sin embargo, lo que más llama la atención, es el comportamiento de la partida cuentas por pagar/cobrar. Estas se han vuelto muy importantes en los últimos cuatro trimestres, evidenciando que la capacidad de la economía para pagar sus facturas se ha deteriorado por la caída en los ingresos externos. El cuarto trimestre de 2023, las cuentas por pagar aumentaron en US$ 328 millones y en US$ 645 millones el primer trimestre de 2024. Probablemente, estas cuentas por pagar correspondan a las facturas debidas por las importaciones de carburantes.

 

Otras Inversiones

(adquisición neta de pasivos en millones US$)

                               Fuente: elaborado con base en información del BCB

 

En síntesis, la economía boliviana presenta en los últimos años un creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, el cual ha sido financiado por los préstamos obtenidos y por las reservas internacionales. En los últimos trimestres, sin embargo, una fuente importante de financiamiento del déficit, ha sido la acumulación de cuentas por pagar, lo que pone en evidencia, las dificultades que enfrenta la economía para realizar sus pagos al exterior.

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*Investigador Senior de INESAD, lcjemio@inesad.edu.bo

Los puntos de vista expresados en el blog son de responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la posición de sus instituciones o de INESAD. 

Mujeres rurales en el sector de la quinua: cambios, logros y desafíos

Por: Daniela Romero*

La agricultura es la fuente de empleo más importante para hombres y mujeres en las regiones más pobres del mundo, más aún cuando se trata de una agricultura a pequeña escala (FIDA 2011: 9, 16). El papel de las mujeres en ésta es de vital importancia, puesto que son las principales responsables de la seguridad alimentaria, la administración y distribución de los ingresos, la transformación de los medios de subsistencia, además del cuidado del hogar (Barrientos 2007: 5; Agarwal, 1996). Sin embargo, la escasa infraestructura y servicios rurales, así como la asignación cultural patrilineal de funciones dentro del hogar y la producción, han limitado por años su participación en el mercado laboral y en la vida política de sus comunidades en lo que respecta al desarrollo agropecuario (Lastarria – Cornhill, 2008; Jelin, 2014). Leer Más »

La pandemia del Covid-19 y sus efectos sobre la actividad de la economía

Por: Luis Carlos Jemio Ph.D.*

La pandemia del Covid -19 ha tenido un gran impacto sobre el desempeño de la economía boliviana, como en casi todas las economías de la región y del mundo. Estos efectos se dieron principalmente el año 2020, debido al cierre de la economía mundial, que se transmitió a la economía local a través de menores precios y volúmenes de exportación. Paralelamente, las medidas de cuarentena aplicadas para contener el avance de la pandemia, contrajeron aún más la actividad económica, especialmente en los meses de abril y mayo, lo que acentuó la caída de la actividad económica, el empleo y los ingresos. De acuerdo a la información publicada por el INE sobre el Indice Global de Actividad Económica (IGAE), no se disponen de datos de cuentas nacionales completas, en 2020 la actividad económica habría caído en 8.8%.

A partir de junio 2020, una vez que se flexibilizaron las medidas de cuarentena, la actividad económica tendió a normalizarse. En 2021, de acuerdo a información del IGAE a abril, la actividad económica habría crecido en 5.2%. Esta tasa será incluso mayor, cuando se incluyan datos sobre la actividad económica para mayo y junio. El crecimiento podría ser de hasta 7% para 2021.

No todos los sectores de actividad han sido igualmente afectados por la pandemia, ya que existen algunos sectores que, por su naturaleza, tienden a seguir en mayor o menor medida el ciclo de la economía. Es decir, tienden a ser más pro-cíclicos, cuando son más afectados por los shocks, o contra-cíclicos, cuando son más resilientes a los efectos del ciclo económico.

La siguiente tabla muestra los diferentes sectores, agrupados de acuerdo a la magnitud del impacto de la pandemia sobre su nivel de actividad. Están los sectores con relativamente bajo impacto, es decir con tasas positivas de crecimiento en 2020 o con caídas menores a 5%; los sectores de impacto medio, con caídas mayores a 5%, pero menores a 10%; y los sectores con alto impacto, con caídas mayores a 10%. La tabla también muestra la tasa de crecimiento de los sectores en 2021 (hasta abril). En general se observa que los sectores que mostraron mayores caídas en 2020, muestran también tasa de crecimiento más altas en 2021, y aquellos que mostraron tasas más bajas de caída en 2020, muestran también tasas más bajas de crecimiento en 2021.

Tabla No. 1: Sectores de Actividad Económica según impacto de la Pandemia Covid-19

Fuente: IGAE-Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Entre las actividades con bajo impacto, está el sector agropecuario, que, por su naturaleza eminentemente rural, no fue afectada por la pandemia. Además, el ciclo agrícola no requiere de la intervención directa intensiva de la actividad humana, durante el periodo que se da entre siembra y cosecha de los cultivos. De acuerdo al IGAE, el sector agropecuario creció en 3.1% en 2020 y, hasta abril, en 1.9% en 2021.

La manufactura de alimentos, bebidas y tabaco también muestra una tasa relativamente baja de caída en 2020 (-3.4%), y un crecimiento de 1.8% para 2021. La incertidumbre generada por los efectos de la pandemia sobre el empleo y los ingresos, hizo que las familias priorizaran el consumo básico, como es el caso de los alimentos, y posterguen el consumo de bienes durables. Esto mantuvo la demanda de alimentos estable durante la pandemia.

Las actividades de servicios de electricidad, gas y agua, comunicaciones, servicios financieros, y propiedad de la vivienda también cumplieron un rol importante durante los meses de la pandemia. Al permanecer las personas recluidas en sus hogares, mantuvieron la demanda de estos servicios estable, o en algunos casos, como las comunicaciones, las incrementaron.

Entre los sectores que tuvieron un alto impacto sobre sus niveles de actividad está la minería, que cayó en 28.5% en 2020. La caída en la demanda mundial por minerales afectó el desempeño del sector. También, las actividades de algunas empresas mineras tuvieron que cerrarse completamente, debido a la alta tasa de contagio de covid que se registró entre sus trabajadores. Para 2021 (abril), se registra un crecimiento de 37% en la actividad de este sector.

La actividad del sector de otras manufacturas mostró una caída de 13.9% en 2020. Como se dijo anteriormente, los hogares priorizaron el consumo básico, y postpusieron la demanda por otro tipo de bienes manufacturados durables, como es el caso de los textiles y prendas de vestir. Para 2021, hasta abril, se observa un crecimiento de 15.9% para este sector.

La construcción fue otro de los sectores altamente afectados por la pandemia, mostrando una caída de 13.9% en 2020. La construcción es sin duda, el más pro-cíclico de los sectores de la economía, ya que se mueve en forma altamente correlacionada con el ciclo económico. La paralización de las actividades de este sector durante los meses más críticos de la pandemia, explican este comportamiento. Además, la paralización de la inversión pública durante este año, también afectó la actividad del sector. A abril de 2021 se observa una tasa de crecimiento de 17.5%.

La actividad del sector de transporte y almacenamiento cayó en 25.5% en 2020, debido a la paralización de todas las formas de transporte durante la pandemia, es decir, transporte terrestre y aéreo, de carga y pasajeros. Para 2021, se observa una recuperación de 7.6% en el nivel de actividad del sector.

Entre los sectores con impacto intermedio, se observa que la producción de hidrocarburos cayó en 6.5%, debido a menores exportaciones de gas natural, y también al menor consumo interno por la caída generalizada de la actividad económica. Hasta abril 2021, la producción del sector creció en 12.2%, debido principalmente al crecimiento de las exportaciones de gas natural.

En resumen, la pandemia del covid-19 ha tenido un impacto variable entre los sectores de actividad de la economía boliviana. Algunos sectores han mostrado un comportamiento más pro-cíclico que otros, que han sido más resilientes a la pandemia. En 2021, se observa una recuperación de la actividad económica, aunque insuficiente para recuperar los niveles de actividad existentes antes de la pandemia.

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*Investigador Asociado de INESAD, lcjemio@inesad.edu.bo

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Salud versus Economía: ¿Existe un “trade-off”?

Por: Carlos Gustavo Machicado, Ph.D

La pandemia del Covid-19, que llegó al mundo occidental entre febrero y marzo del año pasado, propició un aumento inusitado en la cantidad de trabajos de investigación que se han hecho en economía con respecto a este tema específico. Basta ver la página web de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas[1] (NBER por sus siglas en inglés) para identificar como hay investigaciones acerca del Covid-19 y su impacto en hogares, empresas y mercados laborales, historia de las pandemias, modelos para simular la evolución de la pandemia, medidas de mitigación de contagios, y demás temas relacionados. Algo que tenían en común las primeras investigaciones que aparecieron era que manifestaban la existencia de un “trade-off” o compensación entre salvar la economía y proteger la salud, en el entendido que era uno por otro, es decir protegías la salud pero inevitablemente sacrificabas la economía o viceversa.

Actualmente a casi un año de convivir con la pandemia, queda claro que ese “trade-off” no existe pues no se puede cuestionar la necesidad de implementar políticas de mitigación que ayuden a evitar un contagio masivo, sin embargo la pregunta es cuales son las políticas ideales que, además de resguardar la salud, puedan minimizar los efectos económicos y sobre todo para los grupos más vulnerables. Además, muchas de las medidas que implementaron muchos países no estuvieron orientadas por especialistas como ser virólogos, infectólogos  o médicos y se diseñaron al calor de la política. Por eso hoy en día existe un consenso acerca de la importancia que tiene la salud y la vida de las personas, y cómo el aumento de los contagios y las muertes han afectado a la economía, lo que significa que no se puede hablar de una recuperación económica si es que antes no se resuelve el problema sanitario.

William Viscussi[2] es un economista que durante muchos años ha estudiado el valor que tiene la vida en términos económicos y sus estimaciones acerca del valor estadístico de la vida son tomadas como referentes de cuánto vale una vida humana en una economía. Precisamente Viscussi (2020) emplea estimaciones del valor de la vida en cada país para estimar el costo de las muertes que ocurrieron por concepto del Covid-19. La Figura 1 muestra el valor de la vida para los países latinoamericanos, incluido España, y se puede ver que el valor de una vida en Bolivia está entre los más bajos de America Latina, alcanzando un valor de $us 1,3 millones y superando solamente a Nicaragua, Honduras y Haiti. Este panorama no cambia a nivel mundial, estando Bolivia por encima de muchos países africanos, pero por debajo de nuestros vecinos, lo que demuestra la baja valoración que existe a la vida y al capital humano.

Figura 1: Valor Estadístico de la Vida

Fuente: Viscusi (2020).

Actualmente en Bolivia, no se están aplicando medidas de mitigación de contagios rígidas basadas en cuarentenas; sin embargo, el aumento acelerado de casos positivos y muertes por Covid-19 han afectado negativamente a la economía. Para demostrar esto, la siguiente figura extraída de la Academia Luohan muestra la evolución de la actividad económica diaria en Bolivia basada en datos de movilidad, desde que comenzó la pandemia y claramente se observa que cuando se aplica la cuarentena rígida en marzo de 2020, la actividad económica cae a menos del 70% y cuando llega a recuperarse al 100% el 24 de diciembre, otra vez vuelve a caer a menos del 90%.

Figura 2: Evolución diaria de la actividad económica en Bolivia

Fuente: Global Pandemic Economic Tracker (www.luohanacademy.com). Datos al 12 de enero de 2021.

Ciertamente esta última caída coincide con el rebrote de la pandemia o segunda ola en Bolivia, aunque también coincide con los feriados de fin de año, y mientras no se demuestre la causalidad, esta es una simple correlación, pero si se observa la Figura 3, que muestra los datos de movilidad local de Google, queda claro que hay una caída en la movilidad en todas las actividades entre el 24 de diciembre y el 9 de enero, luego hay un aumento transitorio de la movilidad el 10 de enero, pero luego vuelve a caer los siguientes días, evidenciando así una disminución en diferentes actividades, entre las que figuran actividades económicas, que coincide con un aumento acelerado de casos en los últimos días.[3]

Figura 3: Tiempo destinado en… (media móvil -7 días)

Fuente: Informes de movilidad local sobre el Covid-19 Google. Datos al 15 de enero de 2021.

Este breve análisis nos ha permitido identificar lo siguiente:

  1. El bajo valor de la vida y del capital humano en nuestro país explica la poca importancia que se le ha dado a fortalecer el sistema de salud no solo ahora, sino siempre y por tanto era iluso pensar que hubiera habido alguna preparación para enfrentar una segunda ola de contagios por Covid-19.
  2. Si se multiplica el costo de una vida en Bolivia por el número de muertes que se reportan por Covid-19, al 15 de enero de 2021 y se emplea la tasa de crecimiento estimado del PIB en 2020 de -6%, se obtiene un costo de la pandemia en términos de vidas de aproximadamente $us 12275,8 millones, equivalente al 32,16% del PIB, que no es un porcentaje menor a pesar de que valgan poco las vidas en Bolivia.

Con estos datos queda claro que es imposible hablar de recuperación económica en Bolivia en el corto plazo, si es que antes no se resuelve el problema sanitario y éste solo se resolverá cuando se empiece a vacunar a la población, algo que debería hacerse lo más pronto posible, inclusive permitiendo que se pueda acceder a las vacunas de manera privada, esperar solo significará aumentar estos costos y deprimir más aún la economía. A largo plazo habrá que promover nuevas políticas en salud y educación, que permitan valorar el capital humano y la vida, de otra manera estaremos condenados a seguir siendo e país más pobre de Sudamérica.

Referencias:

[1] https://www.nber.org/nber-studies-related-covid-19-pandemic-topic-area

[2] https://law.vanderbilt.edu/bio/w-kip-viscusi

[3] Los datos de las Figuras 2 y 3 referidos a movilidad, muestran el cambio porcentual de la misma respecto a la movilidad que existía antes de que se manifieste la pandemia en el país que es lo que se considera como un período normal de actividad (línea de base).

Bibliografía:

  • Viscusi, W. K. (2020) “Pricing the global health risks of the Covid-19 pandemic,” Journal of Risk and Uncertainty, Vol. 61, pp. 101-128.

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* Investigador Senior de INESAD, cmachicado@inesad.edu.bo

Los puntos de vista expresados en el blog son de responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la posición de sus instituciones o de INESAD. 

Crecimiento y tasas de interés

Por: Luis Carlos Jemio Ph.D.*

Después de sufrir los efectos de la crisis financiera internacional de principios de los 2000, Bolivia ha disfrutado en la última década de una bonanza económica de altos precios de materias primas de exportación, que se han traducido en elevados niveles de ingresos externos y fiscales, y acumulación de reservas internacionales. El crecimiento en los ingresos incentivo el crecimiento del gasto, tanto público como privado, lo que se tradujo en mayores tasas de crecimiento del PIB, reducción del desempleo y de la incidencia de la pobreza.

Además de los efectos benéficos de los altos ingresos, el país y la economía se beneficiaron de la reducción del stock de deuda que el país tenía con los organismos internacionales, como es el caso del BID, Banco Mundial y FMI. Esto representó un ahorro de casi US$ 150 millones anuales en el servicio de deuda multilateral, que pudieron ser utilizados para otros fines.

Sin embargo, hubo otro factor que también contribuyó a que en la economía boliviana se diera un auge económico importante, que son las bajas tasas de interés que prevalecieron durante todo este periodo de bonanza. Con tasas de interés activas bajas, existe un gran incentivo para que se materialicen mayores niveles de consumo e inversión. El gráfico 1 muestra que existe una correlación negativa significativa entre las tasas de interés activas reales, en moneda nacional, y las tasas de crecimiento del PIB trimestral, para el periodo 2000-2018. Es decir, durante los periodos donde las tasas de interés activas permanecieron altas, se tuvo menores tasas de crecimiento del PIB. Contrariamente, cuando las tasas de interés cayeron, la economía alcanzó una mayor dinámica.

Gráfico 1: Tasa de interés y crecimiento económico en Bolivia

Fuente: Elaborado en base a información del Banco Central de Bolivia.

El gráfico 2 muestra que a principios de los 2000, las tasas de interés se encontraban en niveles muy altos. Las tasas de interés reales activas en moneda nacional, a marzo de 2001, se situaban en niveles superiores a 20% y las pasivas en moneda nacional en niveles por encima del 6%. Durante este periodo, la economía se encontraba atravesando una situación de desaceleración económica, caracterizado por un elevado déficit fiscal, crisis financiera y bajas tasa de crecimiento del PIB.

Gráfico 2: Tasas de interés reales y crecimiento del PIB

Fuente: Elaborado en base a información del Banco Central de Bolivia.

En los años siguientes, y hasta septiembre 2008, las tasas de interés experimentaron un continuo descenso, hasta llegar en septiembre 2008 a niveles negativos de -1,04% en el caso de las tasas activas en moneda nacional, y a -7,80% en el caso de las tasas pasivas. Por otra parte, durante este periodo el crecimiento trimestral del PIB experimentó una recuperación de los bajos niveles alcanzados durante los primeros años de esta década. En septiembre 2008, la tasa de crecimiento interanual del PIB llega a ser de 7,06%. La crisis financiera internacional ocurrida a finales de 2008, tuvo el efecto de aumentar las tasas de interés internas, por la caída transitoria de ingresos y ahorro que esta generó en la economía.  Este aumento en las tasas duró hasta finales de 2010. Durante este periodo, el crecimiento trimestral de la actividad económica se desaceleró, a niveles por debajo de 4%.   A partir de 2011, Bolivia se recupera de los efectos de crisis financiera, y las tasas de interés vuelven a bajar y el crecimiento económico vuelve a repuntar. Finalmente, con la caída de los precios de las materias primas a partir de 2015, las tasas de interés domésticas han mostrado una tendencia al alza, lo cual también ha coincidido con una tendencia a la baja de las tasas de crecimiento del PIB.

Es claro que, durante este periodo, existió una correlación significativa entre los movimientos de las tasas de interés reales y el crecimiento del PIB. Sin embargo, no se puede concluir que las variaciones en las tasas de interés fueron el factor determinante del crecimiento del PIB, ya que hubo muchos otros factores que incidieron en el crecimiento. Sin embargo, es muy probable que las bajas tasas de interés observadas durante el periodo de bonanza económica, hayan contribuido a estimular la demanda agregada. En todo caso, las tasas de interés son consideradas en teoría económica, uno de los principales mecanismos de transmisión monetaria, y han jugado un rol en determinar el crecimiento. Potencialmente, el crecimiento futuro de la economía se verá condicionado por el comportamiento de las tasas de interés. Un aumento en las tasas de interés en el futuro, debido a una menor oferta de ahorro o a un aumento en las tasas de interés internacionales, tendría el efecto de reducir el crecimiento.

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*Investigador Senior de INESAD, lcjemio@inesad.edu.bo

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¿Cuánto ganan los economistas en Bolivia?

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Por: Carlos Gustavo Machicado

En esta época del año, es costumbre ver en los diferentes medios de comunicación, propaganda de Universidades ofreciendo una variedad de carreras, todas ellas garantizando un futuro prometedor para los estudiantes que están por empezar una vida profesional. Pero, más allá de la educación que una universidad puede ofrecer, que sin lugar a dudas es muy importante, ¿cuáles deberían ser los criterios que hagan que un estudiante escoja una u otra carrera? Dentro de los varios criterios, podemos pensar que uno muy importante son los ingresos que una carrera puede asegurar al egresado.

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Devaluación e inflación en América Latina

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Por: Luis Carlos Jemio Ph.D.

La caída en los precios internacionales que exportan los países de América Latina ha reducido significativamente los ingresos externos por exportación. Esto ha llevado a una gran parte de los países a depreciar sus monedas en relación al dólar norteamericano, como resultado de una menor oferta interna de divisas. Se espera también que la depreciación nominal produzca una depreciación del tipo de cambio real, lo que contribuiría a fortalecer la competitividad del sector productor de bienes transables, compensando de esta forma el deterioro en la balanza comercial que se generó por la caída de precios de materias primas.

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¿Cuál es la Situación Laboral de las Madres Bolivianas?

Por Beatriz Muriel* y Gabriela Olivarez**

El 27 de mayo es un día muy especial para las madres bolivianas, y recuerda a las heroínas cochabambinas que lucharon contra el subyugo español, en el año 1812, por la libertad y la independencia; defendiendo a sus hijos, esposos, padres y hermanos.

La tenacidad de las mujeres bolivianas se ve plasmada hoy en día en varios frentes; entre ellos, en una mejor inserción laboral en busca de autonomía y generación de ingresos que le permitan alcanzar mejores condiciones de vida para ellas y sus familias. Por otro lado, en combinar la jornada de trabajo, la crianza de sus hijos y las tareas del hogar que afecta su bienestar y condiciona la inserción a mejores puestos laborales con mejores salarios. Leer Más »

Divulgación científica: el instrumento oculto del comunicador social

 

Por Stefano Canelas*

Soy licenciado de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana; universidad reconocida como la mejor de Bolivia por la compañía Quacquarelli Symonds[1] . Creo que este reconocimiento fue concedido acertadamente ya que, durante los años de estudio, recibí una formación de calidad por parte de docentes de alto nivel en conocimientos y experiencias. Fue una etapa muy enriquecedora en cuanto a la adquisición de conocimientos y destrezas para enfrentar lo que, en un futuro, sería mi trabajo y mi vida cotidiana.

Al iniciar mis estudios mi principal área de interés era el periodismo. Sin embargo, a medida que fui conociendo nuevas áreas de la comunicación, me interesé en muchas otras. Después de muy buenas experiencias en comunicación para el cambio social, producción audiovisual, publicidad, y otras, realicé un proyecto de grado en Comunicación Corporativa.

En ese momento, lo que menos se me hubiera pasado por la mente era que poco tiempo después estaría ocupando el cargo de Coordinador de Comunicación Institucional de la Fundación INESAD, un centro de pensamiento que realiza investigación en varias áreas de las ciencias económicas. Era comprensible conseguir este trabajo por el hecho de tener que representar y administrar la marca de INESAD ante sus públicos objetivos, dándola a conocer y generando una imagen positiva de la misma. La parte que me sorprendió fue el tipo de contenidos que deben darse a conocer en este rubro y las destrezas necesarias para lograrlo de manera correcta.SCM01

Un centro de investigación en economía genera contenidos netamente científicos en una amplia variedad de temas; desde economía ambiental hasta la productividad laboral de los diferentes sectores del país. Por lo tanto, el difundir estos contenidos expresados en un lenguaje común se convirtió en un desafío nuevo. La terminología en economía es muy precisa y se rige en teorías económicas ya conocidas por los economistas, pero ¿cómo hacer para que todas las personas puedan acceder a estos contenidos y apropiarse del conocimiento que se encuentra en ellos?

Este desafío me condujo a desarrollar nuevas estrategias de comunicación, con un enfoque completamente diferente a todas las anteriores que había realizado. Se trataba prácticamente de una traducción de contenidos en la cual era determinante el no confundir conceptos ni palabras clave, con el fin de no distorsionar lo que realmente nos están diciendo los resultados complejos de las investigaciones. De este modo, tuve que desarrollar aún más mi capacidad de análisis crítico y de lectura de comprensión, prestando atención a cada detalle y término económico.

Por lo general, todo comunicador aprende que para dar a conocer una idea debe generar un mensaje estratégico, destinado específicamente al público al que se dirige, tomando en cuenta sus características de edad, género, oficio, etc. Normalmente esto se resuelve generando mensajes entretenidos y llamativos. En este caso, producir este tipo de mensajes es más complicado, porque la población interesada en estadísticas económicas muy precisas se limita, por lo general, a economistas y otros analistas. Este público no necesita un mensaje elaborado ya que puede comprender una investigación en economía simplemente leyendo el documento de trabajo a través del cual se dan a conocer los resultados. Entonces, el verdadero desafío es difundir estos resultados al ciudadano común.

El ciudadano común no utiliza, en su vida cotidiana, los conceptos inflación, percentil, volatilidad, flujos monetarios, PIB per cápita por paridad del poder adquisitivo, entre muchísimos otros. Es por eso que, el desafío era grande, pero también entretenido y motivador. En este contexto, uno tiene que aprender a decir las cosas de otro modo; como, por ejemplo, decir 3 de cada 5 en lugar de un 60% y otras miles de aplicaciones que con el tiempo uno desarrolla.

Esto lleva a un entendimiento en común entre los resultados de los investigadores y el público. Al generar este espacio de entendimiento, se da lugar al diálogo entre las partes, permitiendo lo que verdaderamente buscan las investigaciones: incidir, a través de sus resultados, en propuestas de política pública que atiendan acertadamente a los obstáculos que enfrenta el desarrollo socioeconómico en países en vías de desarrollo. Creo que la labor del comunicador social, en cuanto a la divulgación del conocimiento científico, es fundamental para conseguir este objetivo y debe realizarse de manera consciente y responsable. El uso del lenguaje debe ser correcto y debe procurar que no se presenten dobles interpretaciones o malentendidos.

Los análisis que realizan los investigadores en economía, y en muchas otras áreas, son un aporte muy valioso para la sociedad y no es correcto permitir que éstos terminen fuera del alcance del ciudadano común. Lamentablemente esta situación existe y hay muchísimos resultados de investigación escondidos en archivos PDF que muy pocas personas descargan y leen[2]. Creo que posiblemente muchos de éstos quedan en el olvido y no llegan a cumplir su rol de incidir en política pública.

Por otro lado, una idea que considero muy incorrecta es que algunos centros de investigación consideran casi como único público estratégico a los llamados Policy Makers o Tomadores de decisión que son, en una definición corta, las personas que toman decisiones sobre las políticas públicas que deben crearse y llevarse a cabo; por lo general son personas del Gobierno como ministros y representantes de otras instituciones.

¿Por qué a mí esto no me convence? Porque, a pesar de que el aporte de los Policy Makers es evidentemente importante al momento de evaluar y aprobar políticas públicas, también se necesita a personas que las propongan, diseñando proyectos y propuestas de política pública que respondan a las verdaderas necesidades de la sociedad y que garanticen un poco más la efectividad de las mismas.

Estas personas no son siempre investigadores o Policy Makers. En muchos casos, los afectados por la problemática son los que podrían presentar una propuesta para dar fin al problema que les afecta directamente. Pienso que esto permite, además, recolectar datos sobre la propia experiencia de los afectados, así como cuál consideran que sería una solución acertada al problema. Sin embargo, este escenario tan positivo es más factible si es que los afectados cuentan con los resultados de una investigación que aborda el tema; pero no resultados escondidos en un PDF de alguna institución, sino resultados que estén a su alcance a través de mensajes estratégicos de comunicación elaborados justamente aplicando la divulgación científica.

En fin, considero que el trabajo elaborado por los investigadores es imprescindible y muy valioso para el desarrollo de políticas públicas que beneficien a la sociedad, pero también considero que este trabajo debe ser difundido estratégicamente para poder incidir correctamente. La recomendación a los centros de investigación en general es considerar el rol del comunicador social en sus instituciones y dar lugar a este ejercicio de la comunicación que, a pesar de ser subestimado en algunas ocasiones, es fundamental para que las investigaciones que desarrollan sean realmente trascendentales. Por otro lado, la recomendación va para las universidades y los docentes de Comunicación Social. Es importante que el Licenciado en esta área pueda responder a este tipo de situaciones y generar el diálogo entre el científico académico y el ciudadano común. De este modo, creo que toda la población sale beneficiada; investigadores, comunicadores, Policy Makers, el ciudadano común, etc.

Como mencioné anteriormente, la última idea que se me hubiera pasado por la mente al estudiar comunicación social era el trabajar en un instituto de investigación en economía porque, posiblemente al igual que muchos, pensaba que la comunicación no es realmente necesaria en este rubro. Tengo la suerte de haber descubierto que no es así ya que en INESAD mi trabajo es valorado y complementa el trabajo de los investigadores para cumplir con lo que es el objetivo de esta institución. La divulgación científica es un área de la comunicación muy interesante y gratificante, y creo que debemos dar a nuestros estudiantes la oportunidad de conocerla y practicarla; en beneficio de todos.

[1] http://www.paginasiete.bo/economia/2015/2/6/universidad-catolica-mejor-bolivia-46395.html

[2] https://www.washingtonpost.com/news/wonk/wp/2014/05/08/the-solutions-to-all-our-problems-may-be-buried-in-pdfs-that-nobody-reads/

* El Autor es Coordinador de Comunicación Institucional de INESAD, Lic. en Comunicación Social, scanelas@inesad.edu.bo 

Las opiniones expresadas en los artículos del Blog Desarrollo Sobre La Mesa pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan la posición oficial de la Fundación INESAD.

¿Cuán potable es el agua de la pila en las ciudades de La Paz y El Alto?

InvitacionPor Lykke E. Andersen, Susana del Granado, Anna Sophia Doyle, Gabriela Olivarez, Montserrat Valdivia

¿Cuán potable es el agua de la pila en las ciudades de La Paz y El Alto?

El 94%[1] de los miembros de INESAD, que vivimos distribuidos alrededor de la ciudad de La Paz, NO tomamos agua directamente de la pila. Existe en general desconfianza sobre la pureza del agua, debido a la posibilidad de contaminación en primera instancia y también por su sabor, consistencia y color. Es decir, existe la percepción que la calidad del agua de La Paz es mala y que requiere además del proceso regular de potabilización ser hervida e inclusive filtrada antes de su consumo final.

Las autoras nos pusimos la tarea de evaluar la veracidad de estas percepciones y la calidad del agua domiciliaria, tomando cuatro muestras en La Paz y una en El Alto, provenientes de las plantas de Tilata, Achachicala y Pampahasi. En el Laboratorio de Calidad Ambiental, evaluamos la calidad de agua de las muestras por conductividad, pH y coliformes totales (tabla 1) y  como parámetro de comparación también analizamos agua embotellada (Vital) y un refresco efervescente (Coca-cola). Posteriormente para evaluar la percepción de calidad sobre color, olor y sabor  del agua hicimos un test a ciegas de 15 muestras de agua alrededor de la ciudad de La Paz. Leer Más »