Desarrollo Sobre la Mesa https://inesad.edu.bo/dslm/2014/11/bonanza-economica-pobreza-desigualdad-e-incentivos-para-la-educacion/ |
Bonanza económica, pobreza, desigualdad e incentivos para la educación![]() Bolivia ha disfrutado en los últimos años de una bonanza económica extraordinario, originada fundamentalmente por los altos precios de las materias primas que exporta el país en los mercados mundiales. Esta bonanza ha tenido efectos macroeconómicos positivos importantes sobre el crecimiento del producto, nivel de ingreso per cápita, finanzas públicas, incidencia de la pobreza y desigualdad. Según el Banco Mundial, la incidencia de la pobreza moderada se redujo de 47,8% en 2007 a 29,5% en 2012, mientras que la incidencia de la pobreza extrema cayó de 30,8% en 2007 a 17,0% en 2012. Según la misma fuente por otra parte, el coeficiente de Gini en Bolivia se redujo de 0,554 en 2007 a 0,466 en 2012. Los efectos de la bonanza sobre la pobreza y la desigualdad podrían estar generado desincentivos sobre la educación que son necesario considerar. El cuadro más abajo muestra la evolución de los salarios reales promedio para trabajadores según el nivel educativo alcanzado, observándose que los salarios reales han tendido a aumentar para los trabajadores pertenecientes a prácticamente todas las categorías educativas, excepto para aquellos que alcanzaron niveles educativos superiores. Entre 2005 y 2012, los salarios reales para los trabajadores sin ningún nivel educativo aumentaron a una tasa promedio anual de 9,7%, para los trabajadores con enseñanza primaria incompleta en 7,1%, trabajadores con enseñanza secundaria incompleta en 5,4%, trabajadores con enseñanza secundaria completa en 4,8% en promedio por año. Contrariamente, los salarios reales para los trabajadores con algún tipo de enseñanza superior cayeron a una tasa promedio anual de 2,2%. Estas tendencias son explicadas por el hecho que la bonanza económica ha tenido un efecto positivo mayor en actividades que emplean trabajadores que no requieren un alto nivel de calificación, como es el caso del comercio, minería cooperativista, transporte, construcción, servicios informales, etc. Esto también pone en evidencia que no ha existido una gran creación de trabajos en el sector formal, que típicamente demanda trabajadores con un mayor grado de calificación. Las tendencias observadas tuvieron un efecto favorable en términos de reducción de la pobreza, ya que los grupos con menor nivel educativo, que típicamente son los más vulnerables a sufrir los efectos de la pobreza y de la pobreza extrema, fueron los que se beneficiaron de mayores incrementos en sus ingresos reales. Por otra parte, este comportamiento también explica la caída en la desigualdad, ya que los años de educación o el nivel educativo alcanzado es típicamente la variable con mayor poder explicativo de las diferencias de ingreso existente entre diferentes categorías de trabajadores, tanto a nivel nacional como internacional. Por lo tanto, al haber aumentado los ingresos reales de los trabajadores menos calificados a mayores tasas que los ingresos de los trabajadores más calificados, es obvio que la desigualdad tienda a disminuir. Si bien la reducción de la desigualdad es un objetivo de política deseable, la forma en la que ésta se está generando podría estar produciendo desincentivos a la educación, al haber aumentado el costo de oportunidad de la misma, y al haberse reducido el retorno en términos de ingresos, de alcanzar mayores niveles educativos. Si bien en el corto plazo solo se perciben los efectos positivos de este fenómeno, a largo plazo podría constituirse en una brecha para el desarrollo, ya que el tener una fuerza laboral más calificada, con mayor nivel educativo, y más productiva es una condición imprescindible para el desarrollo del país. * El autor es Investigador Senior del INESAD, Ph.D. en economía, lcjemio@inesad.edu.bo 1 |
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