¿POR DISEÑO O POR CASUALIDAD? Los Bosques y el desarrollo agrícola de Bolivia

JuanCarlosLedezmaBy: Juan Carlos Ledezma*

La zonificación agroecológica y socioeconómica (ZAE) comenzó a aplicarse en Bolivia desde el año 1996 con la promulgación del Plan de Uso del Suelo (PLUS) del departamento de Santa Cruz. Este instrumento de planificación reconoce la vocación productiva de la tierra y acuerdos entre los usuarios de la tierra y las instituciones públicas y privadas involucradas en su utilización. La importancia del PLUS en Bolivia se deriva del hecho que la mayor parte de la población y de los municipios del país depende para su sustento directa e indirectamente del aprovechamiento de los recursos naturales renovables y que éstos se hallan sometidos a una creciente presión que proviene tanto de las formas de uso, las prácticas de manejo y las condiciones de tenencia de la tierra. Por ello, la zonificación y, en general, el ordenamiento territorial, son instrumentos que podrían ser útiles en la planificación territorial del desarrollo económico, social y ambiental, tanto en el ámbito nacional, como en los ámbitos departamental y municipal (ZONISIG, 2001). Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos instrumentos carecen de una institucionalidad y en la práctica no se han aplicado en Bolivia a pesar que se hicieron grandes inversiones para desarrollarlos, y al final de cuentas, en lo que se refiere a nuestros bosques, en gran medida se han conservado donde se pensó que se debería y en gran parte se han perdido donde pensamos que deberíamos hacer uso agrícola de la tierra.

Bolivia cuenta con varios instrumentos de planificación territorial para sus nueve departamentos e inclusive varios municipios, pero aún no existe una política nacional que articule efectivamente las propuestas técnico-científicas territoriales con los procesos de planificación anual y la inversión de los recursos financieros. Esta situación hace que el esfuerzo realizado en propuestas de desarrollo sostenible en el territorio, en su mayoría, este reposando en algunos anaqueles y ahora en algunos espacios virtuales, lo cual nos hace pensar que el desarrollo territorial no ocurre por el diseño de nuestros técnicos y autoridades. Sin embargo, parece ser que a pesar de la falta de implementación de los instrumentos de planificación, el desarrollo en tierras bajas de Bolivia, de cierta manera coincide con las recomendaciones técnicas de las ZAE, lo cual tampoco podría decirse que es pura casualidad. Estos hechos hacen pensar que en nuestra situación actual, el diseño es una condición subyacente determinada por la aptitud y condiciones ambientales de nuestras tierras, y que los procesos de planificación deben sustentarse en una sólida base técnica que tome en cuenta las capacidades reales de nuestros ecosistemas y medio ambiente en general.

Esta hipótesis se sustenta en datos sobre deforestación desde 1976 hasta 2008[1] en áreas clasificadas bajo diferentes categorías propuestas por las ZAEs realizadas para el país. Es así que se observa que el 69% de los bosques de Bolivia fue propuesto para uso forestal y conservación, mientras que en el 31% de los bosques se podrían permitir actividades agrícolas que reemplacen su cobertura natural (Figura 1).

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Figura 1. Uso y conservación de los bosques de Bolivia hasta 2008.

Sin embargo, de acuerdo a la ZAE solo la cuarta parte del área propuesta para uso agrícola ha experimentado la presencia de actividades agropecuarias y aún queda un 72% de esta área que mantiene su cobertura natural, o en un caso extremo, tenemos 3 veces más área de uso agrícola apto para poder utilizar sin afectar zonas que deberíamos cuidar. Por otro lado, también se observan “fugas” de actividades agrícolas hacia áreas de bosque no destinado para usos agrícolas, aunque esta fuga representa un porcentaje muy bajo (4%) del área de bosque existente en esta categoría.

Estos datos nos hacen pensar que si las políticas del gobierno impulsarían las ZAEs, se podría lograr ordenar el desarrollo territorial con bases técnicas adecuadas y de esta manera todavía hay mucho espacio para el desarrollo del sector agropecuario de acuerdo a las propuestas de desarrollo actuales; y además existe mucho espacio (por lo menos 69%) de nuestros bosques para conservarlos o usarlos de manera sostenible. De esta manera, la configuración general de nuestro territorio respecto a su uso podría ser la observada en la Figura 2, aunque habría que trabajar un poco más en hacer algunos ajustes a la planificación para el desarrollo, especialmente en el Chaco.

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Figura 2. Mapas de planificación y deforestación en Bolivia.

En el mapa de la izquierda se observa una generalización de las propuestas de ZAEs existentes, la cual hace evidente que podríamos conservar una gran parte de nuestros bosques. El mapa central muestra nuestros bosques y la deforestación ocurrida hasta 2008. El mapa de la derecha muestra la mayor parte de la deforestación esta donde debería.

En síntesis, con una institucionalidad adecuada, nuestro país y nuestras autoridades podrían hacer realidad los procesos de planificación de los que tanto hablamos, y en lugar de que las cosas sucedan por casualidad, podrían suceder en base a una visión de largo plazo donde el desarrollo territorial sucede efectivamente porque las condiciones de aptitud de uso de nuestras tierras lo permite y porque sus usuarios tienen las capacidades para hacer el uso adecuado de estas tierras. En este sentido, creo que hoy podríamos estar frente a un escenario donde el tablero del juego este definido con reglas claras, lo cual además de simplificar procesos de desarrollo y control nos permitiría jugar un juego donde todos vamos a ser  ganadores, por diseño… y no por casualidad…

 

Referencias

ZONISIG 2001. Procedimientos Metodológicos de la Zonificación Agroecológica y Socioeconómica. Ministerio de Desarrollo Sostenible y Planificación. La Paz. Bolivia.

Killeen, T., Calderon, V., Soria, L., Quezada, B., Steininger, M., Harper, G., Solórzano, L., Tucker, C., 2007. Thirty years of land-cover change in Bolivia. AMBIO: A Journal of the Human Environment 36 (7), 600–606.

 


[1] Hasta la fecha, la información sobre deforestación en Bolivia más detallada fue realizada por el  Museo Noel Kempff  Mercado (Killeen et al 2007) y de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), esta información fue realizada con imágenes Landsat MSS, TM y ETM+ de 30 m de resolución. El primero realizo trabajos de identificación de la deforestación en varios periodos comprendidos entre 1976 y 2010. FAN ha realizado este trabajo para los años 2000-2005-2010. En el presente trabajo utilizamos la información de cobertura de bosques hasta 2008 del MHNNKM.

 

*Juan Carlos Ledezma works at Conservation International – Bolivia. He can be reached by e-mail at: jledezma@conservation.org.

 

 

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