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Grandes desigualdades de género en la disciplina de economía y un outlier en Bolivia que inspira

amedinaceliPor: Agnes Medinaceli Baldivieso*

Es bien sabido que la participación de las mujeres en la disciplina de economía es significativamente menor en comparación con la de los hombres a nivel mundial. En Europa sólo 20% de los economistas senior son mujeres (1). En Estados Unidos, prácticamente en cada nivel de entrenamiento las mujeres son una minoría (2), y nada indica que esto vaya a cambiar en ese país. Un nuevo informe de un comité de la Asociación Americana de Economía muestra que, desde inicios de este siglo, no hubo un incremento en el porcentaje de mujeres que ingresan en el proceso para convertirse en economistas profesionales (3). Por su parte, en el Reino Unido alrededor de 28% de los estudiantes de economía son mujeres (4).

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Divulgación científica: el instrumento oculto del comunicador social

 

Por Stefano Canelas*

Soy licenciado de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana; universidad reconocida como la mejor de Bolivia por la compañía Quacquarelli Symonds[1] . Creo que este reconocimiento fue concedido acertadamente ya que, durante los años de estudio, recibí una formación de calidad por parte de docentes de alto nivel en conocimientos y experiencias. Fue una etapa muy enriquecedora en cuanto a la adquisición de conocimientos y destrezas para enfrentar lo que, en un futuro, sería mi trabajo y mi vida cotidiana.

Al iniciar mis estudios mi principal área de interés era el periodismo. Sin embargo, a medida que fui conociendo nuevas áreas de la comunicación, me interesé en muchas otras. Después de muy buenas experiencias en comunicación para el cambio social, producción audiovisual, publicidad, y otras, realicé un proyecto de grado en Comunicación Corporativa.

En ese momento, lo que menos se me hubiera pasado por la mente era que poco tiempo después estaría ocupando el cargo de Coordinador de Comunicación Institucional de la Fundación INESAD, un centro de pensamiento que realiza investigación en varias áreas de las ciencias económicas. Era comprensible conseguir este trabajo por el hecho de tener que representar y administrar la marca de INESAD ante sus públicos objetivos, dándola a conocer y generando una imagen positiva de la misma. La parte que me sorprendió fue el tipo de contenidos que deben darse a conocer en este rubro y las destrezas necesarias para lograrlo de manera correcta.SCM01

Un centro de investigación en economía genera contenidos netamente científicos en una amplia variedad de temas; desde economía ambiental hasta la productividad laboral de los diferentes sectores del país. Por lo tanto, el difundir estos contenidos expresados en un lenguaje común se convirtió en un desafío nuevo. La terminología en economía es muy precisa y se rige en teorías económicas ya conocidas por los economistas, pero ¿cómo hacer para que todas las personas puedan acceder a estos contenidos y apropiarse del conocimiento que se encuentra en ellos?

Este desafío me condujo a desarrollar nuevas estrategias de comunicación, con un enfoque completamente diferente a todas las anteriores que había realizado. Se trataba prácticamente de una traducción de contenidos en la cual era determinante el no confundir conceptos ni palabras clave, con el fin de no distorsionar lo que realmente nos están diciendo los resultados complejos de las investigaciones. De este modo, tuve que desarrollar aún más mi capacidad de análisis crítico y de lectura de comprensión, prestando atención a cada detalle y término económico.

Por lo general, todo comunicador aprende que para dar a conocer una idea debe generar un mensaje estratégico, destinado específicamente al público al que se dirige, tomando en cuenta sus características de edad, género, oficio, etc. Normalmente esto se resuelve generando mensajes entretenidos y llamativos. En este caso, producir este tipo de mensajes es más complicado, porque la población interesada en estadísticas económicas muy precisas se limita, por lo general, a economistas y otros analistas. Este público no necesita un mensaje elaborado ya que puede comprender una investigación en economía simplemente leyendo el documento de trabajo a través del cual se dan a conocer los resultados. Entonces, el verdadero desafío es difundir estos resultados al ciudadano común.

El ciudadano común no utiliza, en su vida cotidiana, los conceptos inflación, percentil, volatilidad, flujos monetarios, PIB per cápita por paridad del poder adquisitivo, entre muchísimos otros. Es por eso que, el desafío era grande, pero también entretenido y motivador. En este contexto, uno tiene que aprender a decir las cosas de otro modo; como, por ejemplo, decir 3 de cada 5 en lugar de un 60% y otras miles de aplicaciones que con el tiempo uno desarrolla.

Esto lleva a un entendimiento en común entre los resultados de los investigadores y el público. Al generar este espacio de entendimiento, se da lugar al diálogo entre las partes, permitiendo lo que verdaderamente buscan las investigaciones: incidir, a través de sus resultados, en propuestas de política pública que atiendan acertadamente a los obstáculos que enfrenta el desarrollo socioeconómico en países en vías de desarrollo. Creo que la labor del comunicador social, en cuanto a la divulgación del conocimiento científico, es fundamental para conseguir este objetivo y debe realizarse de manera consciente y responsable. El uso del lenguaje debe ser correcto y debe procurar que no se presenten dobles interpretaciones o malentendidos.

Los análisis que realizan los investigadores en economía, y en muchas otras áreas, son un aporte muy valioso para la sociedad y no es correcto permitir que éstos terminen fuera del alcance del ciudadano común. Lamentablemente esta situación existe y hay muchísimos resultados de investigación escondidos en archivos PDF que muy pocas personas descargan y leen[2]. Creo que posiblemente muchos de éstos quedan en el olvido y no llegan a cumplir su rol de incidir en política pública.

Por otro lado, una idea que considero muy incorrecta es que algunos centros de investigación consideran casi como único público estratégico a los llamados Policy Makers o Tomadores de decisión que son, en una definición corta, las personas que toman decisiones sobre las políticas públicas que deben crearse y llevarse a cabo; por lo general son personas del Gobierno como ministros y representantes de otras instituciones.

¿Por qué a mí esto no me convence? Porque, a pesar de que el aporte de los Policy Makers es evidentemente importante al momento de evaluar y aprobar políticas públicas, también se necesita a personas que las propongan, diseñando proyectos y propuestas de política pública que respondan a las verdaderas necesidades de la sociedad y que garanticen un poco más la efectividad de las mismas.

Estas personas no son siempre investigadores o Policy Makers. En muchos casos, los afectados por la problemática son los que podrían presentar una propuesta para dar fin al problema que les afecta directamente. Pienso que esto permite, además, recolectar datos sobre la propia experiencia de los afectados, así como cuál consideran que sería una solución acertada al problema. Sin embargo, este escenario tan positivo es más factible si es que los afectados cuentan con los resultados de una investigación que aborda el tema; pero no resultados escondidos en un PDF de alguna institución, sino resultados que estén a su alcance a través de mensajes estratégicos de comunicación elaborados justamente aplicando la divulgación científica.

En fin, considero que el trabajo elaborado por los investigadores es imprescindible y muy valioso para el desarrollo de políticas públicas que beneficien a la sociedad, pero también considero que este trabajo debe ser difundido estratégicamente para poder incidir correctamente. La recomendación a los centros de investigación en general es considerar el rol del comunicador social en sus instituciones y dar lugar a este ejercicio de la comunicación que, a pesar de ser subestimado en algunas ocasiones, es fundamental para que las investigaciones que desarrollan sean realmente trascendentales. Por otro lado, la recomendación va para las universidades y los docentes de Comunicación Social. Es importante que el Licenciado en esta área pueda responder a este tipo de situaciones y generar el diálogo entre el científico académico y el ciudadano común. De este modo, creo que toda la población sale beneficiada; investigadores, comunicadores, Policy Makers, el ciudadano común, etc.

Como mencioné anteriormente, la última idea que se me hubiera pasado por la mente al estudiar comunicación social era el trabajar en un instituto de investigación en economía porque, posiblemente al igual que muchos, pensaba que la comunicación no es realmente necesaria en este rubro. Tengo la suerte de haber descubierto que no es así ya que en INESAD mi trabajo es valorado y complementa el trabajo de los investigadores para cumplir con lo que es el objetivo de esta institución. La divulgación científica es un área de la comunicación muy interesante y gratificante, y creo que debemos dar a nuestros estudiantes la oportunidad de conocerla y practicarla; en beneficio de todos.

[1] http://www.paginasiete.bo/economia/2015/2/6/universidad-catolica-mejor-bolivia-46395.html

[2] https://www.washingtonpost.com/news/wonk/wp/2014/05/08/the-solutions-to-all-our-problems-may-be-buried-in-pdfs-that-nobody-reads/

* El Autor es Coordinador de Comunicación Institucional de INESAD, Lic. en Comunicación Social, scanelas@inesad.edu.bo 

Las opiniones expresadas en los artículos del Blog Desarrollo Sobre La Mesa pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan la posición oficial de la Fundación INESAD.