El pasado mes el gobierno boliviano entregó a la Central Obrera Boliviana (COB) el anteproyecto de Código de Trabajo que, de aprobarse, sustituiría a la Ley General del Trabajo vigente desde 1942. La COB tiene hasta el 1 de Mayo para revisar el documento antes de que este pase a la Asamblea Plurinacional.
No tengo la menor duda de que tanto la COB como la Asamblea Plurinacional aprobarán sin reparos el nuevo código. Quién podría resistirse a un árbol de Navidad lleno de regalos? Porque este anteproyecto es precisamente eso, una sarta de beneficios que ninguna persona con corazón se atrevería a rechazar. Veamos una muestra:
1. El artículo 12 del anteproyecto dice: «Toda persona tiene derecho al trabajo digno con seguridad industrial y salud ocupacional, sin discriminación y con remuneración justa, equitativa y satisfactoria, que le asegure para si y su familia una existencia digna; también tiene derecho a una fuente laboral estable, en condiciones equitativas y satisfactorias.»
Así es, con un artículo – y un abracadabra -, se solucionaron todos los problemas del país. Apenas se apruebe este código, todo boliviano y boliviana tendrá el derecho a un trabajo «digno,» «estable,» «justo,» y «satisfactorio.» Pero cómo no se nos ocurrió antes? Solo había que escribirlo en una ley y listo, adios al desempleo y la pobreza.
2. El anteproyecto aumenta el número de «bonos.» Si el código se aprueba, los trabajadores tendrán derecho legal a pagos extra si asisten a trabajar todos los días (un bono por hacer lo que se debe hacer?), si son puntuales (idem), si requieren de refrigerio, si necesitan movilidad o transporte, si trabajan en las fronteras, si trabajan en condiciones peligrosas, si se capacitan técnicamente, si son trabajadores antiguos, y si son profesionales.
3. De acuerdo al nuevo código, la baja médica para madres se incrementa de 60 a 90 días, los padres cuyas esposas o concubinas esten embarazadas no pueden ser despedidos, y las empresas en las que trabajen más de 10 madres con niños lactantes deben construir centros infantiles.
4. Los adolescentes deben recibir una «remuneración justa,» no pueden hacer trabajos peligrosos, y están prohibidos de trabajar en el exterior.
5. La capacitación técnica de los trabajadores será gratuita y estará a cargo de una institución pública que será financiada por las empresas.
6. El aguinaldo para vendedores de periódico y lustrabotas es obligatorio. El día de Navidad los periódicos cuestan el doble y la diferencia es para los «canillitas.»
7. Los trabajadores tienen derecho a una vacación de 15 días apenas cumplan 6 meses de trabajo. El 30 de Marzo es feriado para las trabajadoras del hogar y el 21 de Junio es feriado general por ser el día del año nuevo aymara.
No les parece fantástico? Acaso este código no favorece al trabajador como ningún otro? Parecería que sí. Con todos los bonos, feriados, y beneficios, los trabajadores deberían experimentar una importante mejora económica en comparación a su situación actual. Todo suena muy bueno para ser verdad. La realidad, me temo, es completamente distinta. Este código de trabajo es algo asi como un Caballo de Troya, un regalo que por fuera es hermoso pero que por dentro guarda la destrucción del mercado laboral.
Es un típico ejemplo de las consecuencias involuntarias generadas por políticas públicas. Al crear un sinfín de bonos, feriados, vacaciones, «remuneraciones justas,» estabilidad laboral y obligar a las empresas a pagar aguinaldos y capacitación técnica, lo que el gobierno esta haciendo es incrementar tremendamente el costo de contratar a alguién. Un trabajador boliviano resultará, con todas estas reglas, carísimo. Las empresas tendrán, por lo tanto, incentivos a contratar mucho menos que antes. Tratarán de sustituir trabajadores por maquinarias o simplemente llevarán sus fábricas al Perú o algún otro lugar en el que contratar trabajadores sea relativamente más barato. El resultado lógico de un código como este no es mayor bienestar para el trabajador sino un incremento en el desempleo. Los trabajadores estarán perfectamente bien «protegidos» por su código pero las empresas ya no los contratarán.
De hecho, el desempleo será más fuerte entre los grupos a los que el nuevo código trata de proteger más: mujeres y adolescentes. El costo de contratar miembros de estos grupos demográficos será realmente alto. Las empresas tienen que pensar en pagar los costos de largas bajas médicas y centros infantiles, en el caso de mujeres, y en disminuir riesgos, pagar capacitación, educación, aguinaldos, etc. en el caso de los adolescentes. Las empresas, por lo tanto, pensarán dos veces antes de contratar a miembros de estos grupos. Si encima los adolescentes están prohibidos de trabajar en el exterior, entonces estarán en un callejón sin salida.
Se puede argumentar que todos estos beneficios podrían incrementar la eficiencia del trabajador y así, en el largo plazo, generar mayor crecimiento económico. El primer contra-argumento es que estos «trabajadores eficientes» serán la minoría ya que, como vimos antes, el desempleo aumentará. El segundo contra-argumento es que el diseño de estructuras de incentivos genera mejoras significativas en eficiencia cuando estas están asociadas a resultados o productividad y no a puntualidad o mera presencia física. Finalmente, para ser efectivas y relevantes, las estructuras de incentivos deben ser negociadas internamente entre trabajador y empleador y no impuestas exógenamente por una ley.
El anteproyecto de código de trabajo es un pliego de buenas intenciones. Es un árbol de Navidad casi irresistible. La realidad es, sin embargo, completamente distinta. Al final del día debemos admitir que mejoras en el bienestar de los trabajadores no provienen de leyes o códigos mágicos sino de la estructura misma del mercado de trabajo. El minuto en que se respeten los derechos de propiedad y la seguridad jurídica, se disminuya la corrupción y la burocracia, se disminuya la regulación, y se acaben las trabas a la inversión nacional y extranjera, las empresas y sus capitales llegarán progresivamente al país y empezarán a competir por atraer a trabajadores. Esta competencia hará que los trabajadores mejoren su situación económica de forma natural y sostenida.
(*) Investigador asociado de INESAD. Profesor en Economía de Georgia State University. El autor agradecería comentarios a la siguiente dirección: asaravia@gsu.ed
(**) Artículo originalmente publicado en el blog Evonomics:
http://evonomics.wordpress.com/2010/03/29/codigo-de-trabajo-o-arbol-de-navidad/