La Enfermedad Holandesa en Bolivia

LC_Jemio.Una de las características del comportamiento de la economía boliviana en los últimos años ha sido el incremento de la inflación y la tendencia a una apreciación del tipo de cambio. El incremento de los ingresos de recursos externos, debido a los ingresos de exportación de gas y minerales, las remesas de los bolivianos que residen en el exterior y la expansión de la economía de la coca, han creado una mayor demanda interna, tanto pública como privada, lo cual ha tendido a incrementar la inflación interna. Por otra parte, la abundancia de recursos externos está generando presiones para que se aprecie el tipo de cambio.

Este fenómeno ha empezado a generar los síntomas típicos de la denominada «enfermedad holandesa», con un mayor ritmo de inflación, debido especialmente al incremento de los precios de los bienes no transables, y una pérdida de competitividad cambiaria resultante de una apreciación del tipo de cambio real. La tasa de inflación de 12 meses al mes de julio llegó a 8,84%, habiéndose incrementado los precios de los bienes transables en 7,14% y el de los no transables en 10,07%. Por otra parte la apreciación a 12 meses del tipo de cambio nominal a julio fue de solo 1,86%. Sin embargo, la apreciación real a 12 meses al mes de abril de 2007, medida por el Indice de Tipo de Cambio Real Multilateral, calculado por el Banco Central, solo fue de 1,12% debido a la apreciación real ocurrida en algunos países que son socios comerciales de Bolivia. Es decir, la apreciación cambiaria real del país no solamente depende de la diferencia entre la inflación y la devaluación interna, sino de cómo ésta se compara con la diferencia entre inflación y devaluación ocurrida en los países con los cuales se comercia.

La apreciación cambiaria real de 1,12% es el promedio ponderado de las apreciaciones y devaluaciones experimentadas con los diferentes países socios comerciales. El comportamiento de este indicador presenta grandes diferencias al desagregar el análisis del mismo por regiones y por países (ver cuadro). Este análisis permite identificar con que países se ha tenido una ganancia de competitividad cambiaria y con cuales una pérdida. Esto también nos permitirá evaluar cuáles son los sectores exportadores nacionales que se vieron favorecidos o perjudicados por las variaciones cambiarias señaladas, al analizar a que regiones se exportan los diferentes productos. El cuadro siguiente muestra la estructura de las exportaciones nacionales en 2006, clasificadas por región de destino y por sector económico de origen, así como la devaluación o apreciación real ocurrida con cada una de las áreas geográficas en los últimos 12 meses.

Estructura de las exportaciones bolivianas en 2006 y devaluación (apreciación) cambiaria real
Fuente: Elaboración propia en base de información del INE y BCB.

Las principales conclusiones derivadas del cuadro anterior son las siguientes:

Con respecto al MERCOSUR, se experimentó una apreciación real (pérdida de competitividad) de 0,82%. Esta región representó en 2006 el 47,2% de nuestras exportaciones, las cuales principalmente corresponden a hidrocarburos (gas natural). Con respecto al Brasil, que importó el 37,6% del total exportado, el país experimentó una apreciación algo mayor (1,54%), y con respecto a la Argentina, que representó el 8,9% de las exportaciones nacionales, se tuvo una apreciación de solamente 0,66%.

En relación a la CAN, que absorbió en 2006 el 9,6% de las exportaciones, se experimentó una devaluación real (ganancia de competitividad) de 2,18%, beneficiando en mayor medida a sectores como la manufactura, que representaron el 5,3% de las exportaciones totales y son las que tienen un mayor impacto en la generación de empleos. Con Colombia y Venezuela se registraron devaluaciones reales significativas, con un impacto de 3,7% y 4,8% del total de las exportaciones respectivamente, de las cuales 3,6% y 4,8%, también en forma respectiva, corresponde a manufacturas, principalmente productos industriales de la soya.

Con respecto a los países del NAFTA, que representaron un 12,1% de las exportaciones, se experimentó una apreciación real de 4,81%, impactando principalmente al sector manufacturero que participó en 8,9% de las exportaciones. En relación a Estados Unidos, que absorbió el 10,4% de las exportaciones totales del país (8,4% correspondientes a manufacturas), se experimentó una apreciación real de 5,05%.

Con Europa por otra parte, que representó el 11% de las exportaciones, se observó una devaluación real de 2,08%, incidiendo principalmente sobre la exportación de productos manufacturados (5,0% del total exportado) y minerales (4,4% de las exportaciones).

Finalmente, con respecto a los países asiáticos, que importan un 11,9% de las exportaciones boliviana, se experimentó la mayor apreciación (8,94%), incidiendo principalmente en el sector minero.

En síntesis, se observa que los movimientos cambiarios han tenido un efecto diferenciado, ya que existieron pérdidas de competitividad cambiaria importantes con regiones como el NAFTA y el Asia-Pacífico, donde existe una mayor concentración de exportaciones de manufacturas y minería. Una apreciación más reducida con el MERCOSUR, donde principalmente se exporta gas natural. Finalmente, se tuvo una depreciación real moderada con Europa y la CAN donde las exportaciones están concentradas en minerales y manufacturas.

Estas tendencias ponen en evidencia que existe un riesgo que se acentúe la apreciación cambiaria y la pérdida de competitividad cambiaria en países con los cuales se tiene una mayor participación de exportaciones de manufacturas, lo que haría que las exportaciones tiendan a concentrarse aún más en materias primas (minerales e hidrocarburos), aumentando la vulnerabilidad de la economía a los choque externos. Además, las exportaciones de manufacturas serían desincentivadas, siendo que éstas son intensivas en mano de obra y por lo tanto podrían contribuir a absorber empelo.


(*) Investigador del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo, La Paz, Bolivia. El autor felizmente recibe comentarios a: lcjemio@grupointegral.bo.


 

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