El precio internacional del petróleo ya alcanza 111 US$/barril, y se espera que el precio sigue subiendo por lo menos un año más (1). Los altos precios motivan la inversión en el área petrolera y no petrolera, por ejemplo, los biocombustibles. ¿Por qué menciono los bio-combustibles? Porque semejante precio hace atractiva la producción de energías alternativas, de hecho, no es casualidad que en el mundo, aquellas tierras dedicadas a la producción de alimentos ahora se dediquen a la producción de energía.
Figura 1: Precios internos y internacionales de petróleo |
¿Qué sucede en Bolivia? En nuestro país el precio referencial del petróleo está congelado en 27.1 US$/barril (ver Figura 1); si al mismo se le resta la tarifa de transporte (aproximadamente 2 US$/barril) quedan, digamos, 25 US$/barril. Luego, si le restamos el 50% por los impuestos y regalías de la Ley de Hidrocarburos Nº 3058 y el 10% del Decreto Supremo llamado de «Nacionalización», queda el curioso precio (neto de regalías e impuestos) de 10 US$/barril…sí, diez.
Esta situación nos afecta directamente porque Bolivia es un país que se autoabastece en gas natural, pero (lastimosamente) no lo hace en petróleo, por ello debemos importar diesel oil. En este sentido, mientras las condiciones económicas en el país no incentiven la exploración de campos petrolíferos, la importación de diesel oil continuará incrementándose y, de esta forma, el subsidio al diesel oil.
De acuerdo a cálculos preliminares, el subsidio al diesel oil representa 1/3 de la recaudación total por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), afectando de sobremanera al Tesoro General de la Nación (TGN), dado que dicha institución sólo recibe una parte (bien pequeña) del IDH, pero financia la totalidad del subsidio.
El precio tiene una única y principal obligación, dar la información correcta, sobre la escasez del producto y los costos de producción, para que de esta forma, tanto consumidores como empresas, tomen la decisión correcta. Cuando existe precios subsidiados, generalmente existe un exceso de demanda que no tiende a solucionarse en el corto plazo, si a ello se suma que los beneficiarios del producto en cuestión no son, como generalmente sucede, los más pobres, entonces nos encontramos en la peor situación posible, un elevado costo fiscal que beneficia a los menos pobres.
(*) El autor felizmente recibe comentarios a: mmedinaceli@yahoo.com .
(1) La predicción de oil-price.net es de US$143.20/barril en 1 año.
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