A los adversos a la globalización, lamento mucho informales que ésta llegó -y hace muchos siglos atrás- para quedarse. La tenemos en la ropa que usamos, en los electrodomésticos que compramos, en el transporte, en las telecomunicaciones y …, dicho de otra manera, “hasta en la sopa”. Al respecto, al explicar la globalización en mis clases de comercio internacional -que es polémica hasta en su misma conceptualización- la forma más sencilla ha sido ejemplificarla con el fútbol; siguiendo iniciativas interesantes como la de Branco Milanokic, “Aprendamos Globalización del Futbol” (www.project-syndicate.org).
Bajo el esquema de un proceso económico-productivo la analogía entre globalización y futbol puede ser explicada en tres etapas: producción, ventas y consumo.
La producción del fútbol necesita esencialmente un tipo de trabajo “futbolistas”, los cuales tienen una movilidad internacional sorprendente (movimiento de factores de producción entre países), principalmente si están “bien calificados”. Por ejemplo, varios africanos y latinoamericanos son fácilmente contratados en equipos europeos y buena parte de los clubes relevantes tienen futbolistas de todas partes del mundo. Al respecto, la valoración de “las habilidades” llega a ser tan importante que al final varios de ellos se nacionalizan para participar en Copas Mundiales, como en el caso de Brasil 2014. Aún más, muchos capitanes son también movilizados de un país a otro para participar en los diferentes procesos productivos del fútbol.
Las ventas -o los productos derivados- serían los partidos; los cuales tienen ubicaciones geográficas específicas pero son expuestos a partir del “empaquetado” de dos equipos que pueden pertenecer a uno o diferentes países. De esta manera se generan un sin número de exportaciones e importaciones de equipos en un escenario comercial relativamente libre de restricciones (movimiento de bienes y servicios entre países). Aún más, como en el caso de la Copa 2014, Brasil experimentará una importación masiva de equipos de calidad -un poco más de 30- de diferentes países del mundo.
El consumo de los partidos de la Copa 2014 -que consiste en el disfrute ofrecido por el espectáculo futbolístico- recaerá sobre los brasileños que estarán en los diferentes estadios del país, pero también sobre muchos extranjeros que están viajando a Brasil para ver en vivo y en directo a sus equipos preferidos. Con todo, el resto del mundo podrá “consumir el espectáculo” vía importaciones y exportaciones provistas por las telecomunicaciones y el movimiento internacional de mano obra (principalmente periodistas).
En esta dinámica económica globalizada, de un enmarañamiento en las relaciones internacionales, ciertamente no todos son favorecidos. El funcionamiento, en general eficiente y salvaje, de los mercados también aquí se hace presente, con trabajadores futbolistas que han sido relegados por sus menores “habilidades”, así como equipos de “menor calidad” que no van a la Copa. Además hay y habrá varios consumidores insatisfechos ya sea porque su país no participa o porque su equipo preferido será derrotado.
De todas maneras, muchos, queramos o no, estaremos inmersos en este “ejemplo de la globalización”, así que será mejor relajarnos y divertirnos.
* La autora es Investigadora Senior de INESAD, Ph.D. en economía
Con respecto a este articulo y a este ejemplo tan claro de globalizacion en algo tan conocido y tratado como el futbol yo pienso que el articulo nos da a conocer que la globalizacion se encuentra en todas parte, pienso que esta se debe utilizar como un beneficio mas como una forma de hacer negocios con malas intenciones, esta nos debe permitir conocer y tener equipos con jugadores de distintos paises logrando asi tambien bajar la discrimibacion en muchos aspectos.
De todas maneras yo que soy un fanatico y practicante del futbol pienso que lo debemos ver como el hermoso deporte que es y no como el «como un negocio» con todo lo que esta pasand, si no mas bien disfrutarlo porque para mi es un deporte ingualable.
Estima Carlos:
Gracias por tu comentario. Tienes razón la globalización es inminente, y pienso que como todo medio o instrumento hay que utilizarlo para el bienestar de la sociedad y focalizar todos los esfuerzos en esta dirección.