Salario Mínimo en Bolivia: ¿Quiénes están Incluidos y Quiénes Excluidos?

Por Beatriz Muriel, Ph.D. *

Como todos saben, el salario mínimo ha venido aumentando en Bolivia; desde un valor mínimo de Bs. 330 en el año 1999, pasando por Bs. 440 en 2005 y llegando a Bs. 1440 en 2014. Claro está, sería un error comparar estos datos sin tomar en cuenta la tasa de inflación -el aumento de la canasta básica alimentaria- que estuvo cercana a 23% en 1999-2005 y 77% en 2005-2014. Con todo, habría un aumento real neto -en términos de poder de compra- del salario en el tiempo.

Una de las preocupaciones fundamentales, desde una perspectiva de políticas públicas, es conocer cómo se relaciona la medida con el mercado laboral. El Gráfico 1 muestra que, en los hechos, una proporción alta de la población ocupada cuenta con un ingreso laboral menor al salario mínimo, aunque ésta disminuye en el tiempo: en el año 1999 el 53% de los trabajadores tenían un ingreso menor al salario mínimo, porcentaje que aumentó durante 2000-2002, pero disminuyó nuevamente hasta llegar a 40% en 2012.

La mayor concentración de trabajadores con remuneraciones menores al salario mínimo se encuentra en la población no-asalariada (cuenta propistas, jefes o socios no-asalariados, etc.). Esta población está ciertamente al margen de la política; es decir, no es posible que, por ejemplo, frente al mandato de un nuevo aumento del salario mínimo “la vendedora de la equina” se auto pague más ya que sus ingresos dependen de sus ventas.

Bajo esta perspectiva, la información del Gráfico muestra que el porcentaje de ingresos laborales menores al salario mínimo ha presentado un comportamiento contra-cíclico; es decir, en el periodo de recesión económica, entre 1999 y 2003-04 aproximadamente, las ganancias de los trabajadores no-asalariados fueron menores (el porcentaje mayor) y ya en el proceso de expansión estas crecen con mayores y “mejores” ventas. Bajo esta interpretación de los datos se esperaría que en un nuevo periodo de recesión el porcentaje aumente nuevamente.

Los porcentajes dentro de la población ocupada son bastante más bajos al caso anterior y alcanzan su valor mínimo en 2008 -con el 11% de trabajadores con salarios menores al mínimo-. Aún más, si se considera que la política está focalizada a aquellos empleos a tiempo completo y no a tiempo parcial, el porcentaje de trabajadores (con horas laborales de al menos 40 horas a la semana) con ingresos menores al salario mínimo disminuye. Con todo, se esperaría que este porcentaje sea cero si es que la norma fuese aplicada efectivamente para toda la población asalariada; pero, dado que muy pocos trabajadores tienen empleos sujetos a la norma en la práctica, la información parece responder más a factores de demanda y oferta laboral.

En conclusión, la información del Gráfico muestra que la política del salario mínimo es más bien un salario referencial bajo las estructuras del mercado laboral boliviano. Por un lado, los trabajadores no-asalariados se encuentran excluidos de esta; aunque no quiere decir que sus ingresos sean necesariamente menores, en muchos casos lo son, y al parecer dependen en buena medida de los ciclos económicos. Por otro lado, la medida no impide que algunos empleadores paguen salarios más bajos que el mínimo, y muy posiblemente hay muchos otros que lo harían si la economía estuviera actualmente en un periodo de recesión. Bajo esta perspectiva, solamente un sector reducido formal sería el que efectivamente acataría la norma.

* La autora es Investigadora Senior del INESAD, Ph.D. en economía, bmuriel@inesad.edu.bo

 

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