Sí una persona dice que le encanta el jugo natural de frutas pero curiosamente cada vez que tiene la oportunidad de elegir siempre compra o pide una gaseosa ¿se puede decir que verdaderamente le gusta el jugo natural de frutas? Por supuesto que no. Simplemente le gusta «decir» que disfruta del jugo natural de frutas, y realmente prefiere la gaseosa ya que revela su verdadera preferencia al momento de comprarla o elegirla. Es bastante común encontrar casos similares en la vida cotidiana. Muchas personas dicen preferir una cosa pero al momento de tomar decisiones, sus acciones delatan otra. Este comportamiento es conocido en teoría económica como el «principio de la preferencia revelada». El mismo sostiene que, las preferencias de los agentes económicos están mejor representadas por sus acciones que por sus declaraciones.
En los últimos meses los bolivianos hemos tenido una lección pública de dicho principio. Tal es el caso de la conocida política de austeridad gubernamental, haciendo referencia textual se cita una frase extraída del decreto supremo 28609 «el gobierno nacional ha comprometido ante el pueblo boliviano una SERIA POLÍTICA DE AUSTERIDAD». Dicha medida había sido insistentemente anunciada como un mecanismo efectivo de ahorro estatal que permitiría generar recursos excedentes para canalizarlos «en favor de los sectores sociales NO ATENDIDOS».
1. ¿Política «seria» de austeridad o ahorro demagógico?
El nuevo ahorro gubernamental se basó en la reducción salarial de un 50% para altos funcionarios públicos. El total del nuevo ahorro presentado en el proyecto de ley de la reforma al presupuesto general del 2006 ascendió a un monto aproximado de Bs. 64 millones, de los cuales Bs. 11 millones representaban el ahorro de la administración central, Bs. 14 millones las entidades descentralizadas y Bs. 39 millones representaban el ahorro del poder legislativo. ¿Cuánto realmente representa este ahorro? El ahorro por el plan de austeridad representa aproximadamente el 0.25% del los gastos del sector público. Es decir, sí gastaba Bs. 100 en comprar algún material con la política de austeridad del gobierno dejaría de gastar 25 cts., y seguiría gastando Bs. 99.75. ¿Es una política seria de austeridad?
2. ¿Se prioriza el gasto social en favor de los sectores no atendidos o más pobres?
Se dijo que las políticas tenderían a favorecer a los sectores no atendidos, eso supondría que gran parte del gasto público serviría para atender a la población más pobre. Se entiende por población pobre a las personas que no cuentan con saneamiento básico, son desnutridas, no reciben una educación y salud de calidad, etc. Pero, aparentemente la definición que utiliza el gobierno para sectores no atendidos es diferente al concepto de pobreza antes mencionado ya que, el gobierno ahorra Bs. 64 millones para apoyar a los pobres, y a la vez, mantiene gastos por encima de los Bs. 960 millones para subsidios y transferencias que no necesariamente se dirigen a los más pobres. Tal es el caso del subsidio al diesel y GLP. Por ejemplo, el quintil más pobre de la población que vive en el área rural no cuenta ni siquiera con una cocina a gas, ¿qué tanto le puede beneficiar un subsidio a ese producto? El subsidio al diesel seguramente abarata los costos de transporte y por esa vía indirecta beneficiaría a la población más pobre. Sin embargo, la vía indirecta es demasiado marginal y beneficia en mayor medida a los usuarios intensivos de ese recurso que no son los más pobres del país. En ese marco, sí se quiere apoyar a la gente pobre, podría ser más efectivo ahorrar esos Bs. 960 millones que no benefician a los más pobres y transferir esos recursos, focalizándolos, a través de transferencias directas a los mismos.
(*) Economista del Centro de Estudios Públicos, POPULI, La Paz, Bolivia. The author happily receives comments at the following e-mail: populi@entelnet.bo