Por: Carlos Gustavo Machicado, Ph.D
La pandemia del Covid-19, que llegó al mundo occidental entre febrero y marzo del año pasado, propició un aumento inusitado en la cantidad de trabajos de investigación que se han hecho en economía con respecto a este tema específico. Basta ver la página web de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas[1] (NBER por sus siglas en inglés) para identificar como hay investigaciones acerca del Covid-19 y su impacto en hogares, empresas y mercados laborales, historia de las pandemias, modelos para simular la evolución de la pandemia, medidas de mitigación de contagios, y demás temas relacionados. Algo que tenían en común las primeras investigaciones que aparecieron era que manifestaban la existencia de un “trade-off” o compensación entre salvar la economía y proteger la salud, en el entendido que era uno por otro, es decir protegías la salud pero inevitablemente sacrificabas la economía o viceversa.
Actualmente a casi un año de convivir con la pandemia, queda claro que ese “trade-off” no existe pues no se puede cuestionar la necesidad de implementar políticas de mitigación que ayuden a evitar un contagio masivo, sin embargo la pregunta es cuales son las políticas ideales que, además de resguardar la salud, puedan minimizar los efectos económicos y sobre todo para los grupos más vulnerables. Además, muchas de las medidas que implementaron muchos países no estuvieron orientadas por especialistas como ser virólogos, infectólogos o médicos y se diseñaron al calor de la política. Por eso hoy en día existe un consenso acerca de la importancia que tiene la salud y la vida de las personas, y cómo el aumento de los contagios y las muertes han afectado a la economía, lo que significa que no se puede hablar de una recuperación económica si es que antes no se resuelve el problema sanitario.
William Viscussi[2] es un economista que durante muchos años ha estudiado el valor que tiene la vida en términos económicos y sus estimaciones acerca del valor estadístico de la vida son tomadas como referentes de cuánto vale una vida humana en una economía. Precisamente Viscussi (2020) emplea estimaciones del valor de la vida en cada país para estimar el costo de las muertes que ocurrieron por concepto del Covid-19. La Figura 1 muestra el valor de la vida para los países latinoamericanos, incluido España, y se puede ver que el valor de una vida en Bolivia está entre los más bajos de America Latina, alcanzando un valor de $us 1,3 millones y superando solamente a Nicaragua, Honduras y Haiti. Este panorama no cambia a nivel mundial, estando Bolivia por encima de muchos países africanos, pero por debajo de nuestros vecinos, lo que demuestra la baja valoración que existe a la vida y al capital humano.
Figura 1: Valor Estadístico de la Vida
Fuente: Viscusi (2020).
Actualmente en Bolivia, no se están aplicando medidas de mitigación de contagios rígidas basadas en cuarentenas; sin embargo, el aumento acelerado de casos positivos y muertes por Covid-19 han afectado negativamente a la economía. Para demostrar esto, la siguiente figura extraída de la Academia Luohan muestra la evolución de la actividad económica diaria en Bolivia basada en datos de movilidad, desde que comenzó la pandemia y claramente se observa que cuando se aplica la cuarentena rígida en marzo de 2020, la actividad económica cae a menos del 70% y cuando llega a recuperarse al 100% el 24 de diciembre, otra vez vuelve a caer a menos del 90%.
Figura 2: Evolución diaria de la actividad económica en Bolivia
Fuente: Global Pandemic Economic Tracker (www.luohanacademy.com). Datos al 12 de enero de 2021.
Ciertamente esta última caída coincide con el rebrote de la pandemia o segunda ola en Bolivia, aunque también coincide con los feriados de fin de año, y mientras no se demuestre la causalidad, esta es una simple correlación, pero si se observa la Figura 3, que muestra los datos de movilidad local de Google, queda claro que hay una caída en la movilidad en todas las actividades entre el 24 de diciembre y el 9 de enero, luego hay un aumento transitorio de la movilidad el 10 de enero, pero luego vuelve a caer los siguientes días, evidenciando así una disminución en diferentes actividades, entre las que figuran actividades económicas, que coincide con un aumento acelerado de casos en los últimos días.[3]
Figura 3: Tiempo destinado en… (media móvil -7 días)
Fuente: Informes de movilidad local sobre el Covid-19 Google. Datos al 15 de enero de 2021.
Este breve análisis nos ha permitido identificar lo siguiente:
- El bajo valor de la vida y del capital humano en nuestro país explica la poca importancia que se le ha dado a fortalecer el sistema de salud no solo ahora, sino siempre y por tanto era iluso pensar que hubiera habido alguna preparación para enfrentar una segunda ola de contagios por Covid-19.
- Si se multiplica el costo de una vida en Bolivia por el número de muertes que se reportan por Covid-19, al 15 de enero de 2021 y se emplea la tasa de crecimiento estimado del PIB en 2020 de -6%, se obtiene un costo de la pandemia en términos de vidas de aproximadamente $us 12275,8 millones, equivalente al 32,16% del PIB, que no es un porcentaje menor a pesar de que valgan poco las vidas en Bolivia.
Con estos datos queda claro que es imposible hablar de recuperación económica en Bolivia en el corto plazo, si es que antes no se resuelve el problema sanitario y éste solo se resolverá cuando se empiece a vacunar a la población, algo que debería hacerse lo más pronto posible, inclusive permitiendo que se pueda acceder a las vacunas de manera privada, esperar solo significará aumentar estos costos y deprimir más aún la economía. A largo plazo habrá que promover nuevas políticas en salud y educación, que permitan valorar el capital humano y la vida, de otra manera estaremos condenados a seguir siendo e país más pobre de Sudamérica.
Referencias:
[1] https://www.nber.org/nber-studies-related-covid-19-pandemic-topic-area
[2] https://law.vanderbilt.edu/bio/w-kip-viscusi
[3] Los datos de las Figuras 2 y 3 referidos a movilidad, muestran el cambio porcentual de la misma respecto a la movilidad que existía antes de que se manifieste la pandemia en el país que es lo que se considera como un período normal de actividad (línea de base).
Bibliografía:
- Viscusi, W. K. (2020) “Pricing the global health risks of the Covid-19 pandemic,” Journal of Risk and Uncertainty, Vol. 61, pp. 101-128.
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* Investigador Senior de INESAD, cmachicado@inesad.edu.bo
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