Bolivia confronta grandes desafíos para crear empleos de calidad en lo relativo a la generación de «ingresos adecuados» para el sustento familiar así como la aplicación de derechos laborales, estabilidad y seguridad. El tema laboral, sin embargo, no ha sido seriamente encarado por los varios gobiernos de turno y la dinámica privada – población y empresas – tampoco ha podido generar resultados satisfactorios en el mercado de trabajo. Surgen entonces varios cuestionamientos; entre ellos, ¿Cuales han sido las características del mercado laboral?, ¿Cómo han sido afectadas por las reformas económicas y sociales aplicadas?, ¿Cómo podría efectivamente promoverse empleos de mejor calidad?
Empleadas domésticas: Migración y condiciones de trabajo
Actualmente las prácticas de Responsabilidad Social se encuentran bastante valoradas en el mundo entero y su adopción a nivel empresarial es altamente aconsejada. Uno de los requerimientos relacionados al tema laboral se enfoca en que los empleados de una empresa no puedan ser obligados a trabajar más de 48 horas semanales, teniendo por lo menos un día libre por semana.
A pesar de esta fuerte tendencia en el sector empresarial, en los hogares de Bolivia todavía se considera a las empleadas «cama adentro» propiedad intrínseca de la familia para la cual trabajan; las empleadas domésticas que habitan la misma casa de sus empleadores no tienen un horario de trabajo fijo, en muchos casos los días de descanso no se encuentran determinados y estos aspectos no son concertados entre empleadas y empleadores antes de iniciar la relación laboral; esta situación, de por sí inestable y potencialmente abusiva, se agudiza aún más en el caso de las empleadas que migran del campo a la ciudad en busca de trabajo, como se verá más adelante.
El Problema del Empleo en Bolivia
La poca capacidad de la economía boliviana para crear empleos es sin lugar a duda, la principal barrera para que el país pueda superar en forma efectiva el problema de extrema pobreza que afecta a la mayor parte de la población boliviana. Las reformas estructurales ejecutadas en los años 90 estuvieron enfocadas en sectores intensivos en capital, como es el caso de los hidrocarburos, telecomunicaciones, energía eléctrica y sector financiero, por lo que no tuvieron un gran impacto en la generación de empleos.
La generación de empleos productivos, que no signifique absorción de supernumerarios en empresas y reparticiones del estado, requiere incrementar sustancialmente la tasa de inversión.