REDD, el mecanismo de Reducción de las Emisiones de la Deforestación y Degradación forestal, establece que los países que reduzcan las emisiones de carbono provenientes de la deforestación serán compensados financieramente, con la intención de abordar el cambio climático, la pobreza rural, la conservación de la biodiversidad y, en consecuencia, la sostenibilidad de los servicios ambientales de los ecosistemas.
El mercado de carbono surge como uno de los esfuerzos para mitigar el cambio climático, a partir de la necesidad de reducir emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados. Mediante la transacción de los bonos de carbono, se benefician las empresas que no contaminan o que disminuyen la contaminación, y pagan las que generan mayor contaminación de la permitida. A pesar de que el mercado regulado sigue creciendo (en 2008 se transaron hasta 126 billones de US$), se evidencian serias dificultades para la adecuada implementación del MDL y además, efectos de la crisis financiera que reduce niveles significativos de proyectos.