¡Qué viva la fiesta! Después curamos el chaqui

Por: Carlos Gustavo Machicado Ph.D.*

Un resultado frecuente en casi todos los modelos macroeconómicos intertemporales, y fundamentalmente en la teoría del consumo sin incertidumbre, es la “suavización” del mismo a lo largo de la vida. Esto significa que los individuos tratan de mantener una trayectoria de consumo relativamente constante, escogiendo un nivel de consumo que sea consistente con los recursos que tienen en cada periodo y ahorrando o desahorrando (endeudándose) de tal manera de contrarrestar la volatilidad del ingreso.

Tradicionalmente este resultado ya no es válido cuando se introduce incertidumbre en el modelo. Básicamente lo que sucede es que cuando las personas tienen incertidumbre acerca de sus ingresos, tienden a ser más precavidas y por lo tanto a ahorrar más de lo que predice la hipótesis del ingreso permanente. La otra forma de romper con la “suavización” del consumo tiene que ver con las preferencias y la idea es que las personas tiene más preferencia por el consumo presente que el consumo futuro, entonces a diferencia de la incertidumbre más bien tienden a sobre-consumir en el presente en vez de ahorrar. Si bien este no es un resultado nuevo, recién es considerado como un tópico de frontera en la teoría del consumidor, al menos así lo indican Campante et al. (2021) en su libro recientemente publicado.

A principio de año, gracias a un proyecto de la fundación INESAD, tuve la oportunidad de hacer una revisión de la literatura acerca del ahorro previsional que es justamente la aplicación más precisa de este sesgo por consumo presente. Thaler y Shefrin (1981) decían que la teoría económica generalmente asume que las personas resuelven sus problemas importantes como lo harían los economistas. La teoría del ciclo de vida es un ejemplo al respecto. De acuerdo a esta teoría, los hogares deberían “suavizar” su consumo a lo largo del ciclo de vida por lo que se espera que resuelvan el problema de optimización relevante en cada período. Pero en la práctica, el comportamiento del hogar difiere de este plan óptimo por dos razones: Primero si el problema ya es difícil para un economista, peor para un hogar que no calcula el ahorro óptimo en base a modelos. Segundo, incluso si el hogar conociera la tasa de ahorro, carece del autocontrol necesario para reducir el consumo actual en favor del consumo futuro.

Los problemas de autocontrol surgen cuando las preferencias de los individuos son inconsistentes en el tiempo (Ainslie, 1975). Lo que sucede es que muchas veces, los individuos tienen un conjunto de preferencias X en algún momento (o bajo ciertas circunstancias) y luego las cambian a un conjunto diferente de preferencias Y. Este cambio sistemático se conoce en economía como “descuento hiperbólico del tiempo” (Kirby, 1997). En esta situación, las recompensas inmediatamente disponibles tienen un efecto desproporcionado sobre las preferencias en relación con recompensas más tardías, lo que provoca un retraso en el tiempo o una procrastinación.

Ejemplos de procrastinación no solo se circunscriben a la economía, típicamente aquellas personas que saben que tienen que dejar de consumir ciertos alimentos o tener una dieta balanceada o hacer ejercicios, posponen esta decisión porque el placer que les genera el comer ciertos alimentos o tener una vida sedentaria es mayor que el placer que seguramente tendrían a futuro si no tuvieran que limitarse a comer esos alimentos por problemas riesgosos de salud. Lo mismo sucede con los vicios como el fumar, en que los individuos a pesar de conocer los riesgos que implican, no están dispuestos a renunciar al placer que generan.

Todo esto me lleva a pensar si este en definitiva es un problema de incentivos o es parte de la esencia humana. Es decir, las personas procrastinan en varios aspectos porque no tienen los suficientes incentivos para ahorrar, dejar vicios o alimentarse bien, o está en la esencia humana el no ver o planificar adecuadamente el futuro. La revisión de la literatura, que me tocó hacer, muestra que muchas de las soluciones que se han ejecutado van por el lado de la economía del comportamiento o conductual y de alterar la visión o perspectiva psicológica de las personas, lo que muestra cuán importante se ha convertido hoy en día el buscar soluciones a problemas económicos a través de otras disciplinas.

Igual es vaga la diferenciación que se hace acerca de estas soluciones si son cambios en incentivos o cambios en la esencia de las personas. Por ejemplo, una solución que se plantea es concientizar mejor a las personas acerca de la importancia del ahorro para el retiro, esto se puede hacer a través de varios mecanismos siendo uno de ellos el envió de recordatorios a los celulares, que básicamente es un incentivo a ahorrar (Karlan et al., 2016).

En suma, resulta interesante pensar de qué manera la esencia humana influye en las decisiones que toman los humanos. Mi intuición me hace pensar que en esencia los humanos son “hiperbólicos” si ese es el término que se le puede poner al individuo que prefiere el consumo o la fiesta presente, que la fiesta futura. Y si así es el ser humano, consecuencia directa de esto es que las sociedades también son esencialmente así. Por eso, cuando escucho acerca de que en Bolivia nos “farreamos” los ingresos generados por el gas durante el último ciclo de crecimiento, me pregunto si realmente podíamos pensar que fuera diferente si en esencia a los bolivianos al igual que a la mayoría de los seres humanos nos gusta la fiesta o el consumo presente.

Bibliografía:

  • Ainslie, G. (1975). Specious reward: A behavioral theory of impulsiveness and impulse control. Psychological Bulletin, 82(4), 463-496. doi: 10.1037/h0076860.
  • Campante, F., F. Sturzenegger y A. Vealsco (2021). Advanced macroeconomics. An Easy Guide. London: LSE Press. DOI: https://doi.org/10.31389/lsepress.ame. License: CC-BY-NC 4.0.
  • Karlan, D., McConnell, M., Mullainathan, S. y Zinman, J. (2016). Getting to the top of mind: How reminders increase saving. Management Science, 62(12), 3393-3411. doi: 10.1287/mnsc.2015.2296.
  • Kirby, K. N. (1997). Bidding on the future: Evidence against normative discounting of delayed rewards. Journal of Experimental Psychology: General, 126(1), 54-70. doi: 10.1037/0096-3445.126.1.54.
  • Thaler, R. H. y Shefrin, H. M. (1981). An economic theory of self-control. Journal of Political Economy, 89(2), 392-406. doi: 10.1086/260971.

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*Investigador Asociado de INESAD, cmachicado@inesad.edu.bo

Este blog es parte del Proyecto “Creación de empleos verdes para mujeres indígenas en el marco de la respuesta y recuperación bajas en carbono del COVID-19 en sector boliviano de la Quinua”, que cuenta con el apoyo del Programa Economías Sostenibles Inclusivas de International Development Research Centre (IDRC) de Canadá.

El documento de trabajo relativo a este blog puede ser revisado a continuación.

Los puntos de vista expresados en el blog son de responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan la posición de sus instituciones o de INESAD. 

 

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