Algunas reflexiones acerca de los bonos

Por Carlos Gustavo Machicado *

Sin lugar a dudas, un hecho que ha sensibilizado nuestros corazones estos últimos días y semanas es la marcha de discapacitados que llegó a La Paz en busca de un bono que les permita tener una vida más digna. Ver a personas que apenas pueden moverse, o que tienen alguna deficiencia para hablar, escuchar o gesticular, peleando con policías para entrar a la Plaza Murillo realmente ha sido un cuadro reprochable, pero considero que es importante hacer algunas reflexiones acerca de su pedido.

Lo que los discapacitados están solicitando es un bono de Bs. 500 por persona al mes, lo que según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas representaría Bs. 368 millones anuales que saldrían de las arcas del Estado. De acuerdo a esta cifra habría en Bolivia unos 61.333 discapacitados y éste es el punto relevante en la discusión, más allá de la sensibilidad o no que los discapacitados nos puedan generar.

Hace unos años, un colega economista me comentaba una anécdota: A algún gobierno en el pasado se le ocurrió ampliar el beneficio de la renta para los beneméritos de la Guerra del Chaco, a las esposas y viudas, pensando que al igual que el número de beneméritos cada año iba disminuyendo, lo mismo pasaría con las esposas. Gran error, lo que sucedió es que más bien el número de esposas de los beneméritos fue aumentado. Y claro, para muchas mujeres jóvenes les era un gran negocio casarse con los viejitos sabiendo que eso les garantizaba una renta de por vida. No vamos a negar que muchos viejitos pasaron felices sus últimos años, pero quien no la pasó muy bien fue el Estado que tuvo que erogar más dinero de lo planificado.

Es por esta anécdota, y muchas otras más alrededor del mundo, que la teoría económica demuestra que los bonos o transferencias unilaterales solamente son sostenibles cuando son de carácter condicional; por eso se llaman transferencias condicionadas, y además condicionadas en características medibles y fácilmente verificables. Por eso es que en Bolivia se tiene, por ejemplo, el Bono Juancito Pinto, para el que es fácil saber quiénes son sus beneficiarios porque son alumnos de escuelas primarias y secundarias. Lo mismos sucede con el Bono Juana Azurduy y la renta Dignidad cuyos beneficiarios son fáciles de identificar.

¿Entonces surge la pregunta de si será fácil identificar a un discapacitado? Probablemente para algunas discapacidades sí, pero para muchas otras no y considero que esa es la principal traba para encontrar una solución al problema. Por otro lado, está demostrado que hay muchas discapacidades que se pueden superar con fisioterapia. ¿Será que las personas discapacitadas tengan el incentivo a hacer fisioterapia, sabiendo que en su estado limitado reciben un regalito de Bs. 500 al mes?

Sin lugar a dudas es una población que no puede ser abandonada, pero pienso que la solución no va tanto por el lado de un bono, sino más bien en ofrecerles la posibilidad de que puedan insertarse en trabajos y, además, superar su discapacidad sin que esto les represente gastos que les impida llevar una vida digna.

* El Autor es Director Ejecutivo e Investigador Senior de INESAD, Ph.D. en Economía, cmachicado@inesad.edu.bo

Las opiniones expresadas en los artículos del Blog Desarrollo Sobre La Mesa pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan la posición oficial de la Fundación INESAD.

 

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2 comments

  1. «…la teoría económica demuestra que los bonos o transferencias unilaterales solamente son sostenibles cuando son de carácter condicional; por eso se llaman transferencias condicionadas, y además condicionadas en características medibles y fácilmente verificables. Por eso es que en Bolivia se tiene, por ejemplo, el Bono Juancito Pinto, para el que es fácil saber quiénes son sus beneficiarios porque son alumnos de escuelas primarias y secundarias. Lo mismo sucede con el Bono Juana Azurduy y la renta Dignidad cuyos beneficiarios son fáciles de identificar.» Algunas puntualizaciones: 1) La sostenibilidad de los bonos o transferencias unilaterales depende de los recursos con que se cuente; 2) que se pueda identificar a los beneficiarios, no necesariamente significa que los bonos o transferencias sean sostenibles; y 3) la visión de la teoría económica a la que hace referencia el autor del artículo es muy parecida a la perspectiva sobre pobreza de los organismos internacionales que consideran que el acceso a los servicios básicos es la clave para resolverla. Lo cierto es, sin embargo, que en ninguno de los dos casos se atiende el problema de fondo: el acceso a una fuente de trabajo como medio para avanzar en la escala social y la producción como forma de generar empleo.

  2. Miriamc Rodriguez

    Lo que se espera del gobierno es la administración eficiente y eficaz de los recursos en la prestación de servicios a los ciudadanos. Servicios que no son ofrecidos por los inversores privados que priorizan el lucro al bienestar comun, por ejemplo carreteras, hospitales, escuelas, servicios de salud a discapacitados, dialisis, hogares para ancianos o niños abandonados, por nombrar los mas visibles. Pues si la solución es diviidir percapita los ingresos en forma de bonos a la población necesitada ya no se necesitaria un administrador de los recursos economicos, sin embargo una manera de congraciarse con la poblacion es entregar bonos, empezó la Alcaldia del El Alto con el Bono Esperanza, claro le da votos se compra el voto de la gente, sin embargo la Alcaldia no cumple con sus atribuciones en infraestructura escolar. Es una medida demagogica. En cuando al Bono Dignidad, sugiero investigar lo que sucede en las fronteras, porque la poblacion mayor a 60 años en las fronteras es mayor relativamente al resto de la población, personas de los paises limitrofes tienen dos cedulas de identidad y pueden cobrar este bono en Bolivia.