Uno de los factores que ha permitido mantener la estabilidad macroeconómica durante los años 90, ha sido el mantener niveles de déficit fiscal relativamente bajo control. Sin embargo, a partir de 1999, el balance fiscal ha sido afectado por factores cíclicos exógenos al manejo de la política fiscal, que han contribuido a incrementar significativamente el déficit fiscal, o a revertirlo y generar un superávit como el observado en 2006. Por supuesto han existido otros factores, como la reforma de pensiones o el congelamiento de los precios internos de los carburantes, que han contribuido a aumentar el déficit, pero éstos son claramente atribuibles al manejo fiscal.